Las fuerzas iraquíes lanzaron hoy la operación militar para recuperar la ciudad de Mosul de manos del autodenominado Estado Islámico (EI).
La operación conformada por combatientes kurdos Peshmerga, el gobierno iraquí y fuerzas aliadas, cuenta con el respaldo de la coalición liderada por Estados Unidos que combate a EI en Irak, destacó la británica BBC.
Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, se convirtió en la capital de facto del EI desde junio de 2014, y es también su último bastión en ese país, por lo que su pérdida marcaría su derrota efectiva en esa nación.
Fue desde ahí que el líder Abu Bakr al-Baghdadi declaró un califato -un estado gobernado de acuerdo con la ley islámica- en el territorio controlado por el grupo extremista en Irak y Siria.
Según estimaciones, en Mosul quedan entre cuatro mil y ocho mil extremistas.
En tanto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el impacto humanitario puede ser “enorme” y afectaría hasta 1.5 millones de personas.
Dos años antes de la toma de Mosul por los extremistas, las autoridades estiman que vivían más de dos millones de habitantes, pero ahora se desconocen las cifras concretas sobre el número de personas que permanecen.
La ONU pidió a las fuerzas de la coalición que protejan a los civiles y que tengan acceso a la asistencia “que merecen y a la que tienen derecho”.
A su vez el primer ministro Haider al-Abadi prometió que sólo las fuerzas gubernamentales entrarían en Mosul, ciudad de mayoría sunita.
La medida se da como un intento de contrarrestar los temores de que la operación se convierta en un conflicto sectario.
Sin embargo, la puesta en marcha de la operación marca sólo el comienzo de una batalla que es probable que sea la más difícil en la guerra contra EI.
La ONU ha descrito la crisis del país como “una de las peores del mundo”.
ONU advierte situación de civiles en Mosul
Decenas de miles de personas podrían quedar bajo sitio o ser usadas como escudos humanos en la batalla emprendida por el ejército iraquí para recuperar la ciudad de Mosul.
En un comunicado, el coordinador de Naciones Unidas para asuntos humanitarios, Stephen O’Brien, se dijo “extremadamente preocupado” por la seguridad general de 1.5 millones de personas que viven en este lugar y que serían afectados por las operaciones militares lanzadas contra el EI.
“Las familias están en riesgo extremo de quedar entre el fuego cruzado o de ser blancos de francotiradores. Decenas de miles de niñas, niños, mujeres y hombres iraquíes pueden quedar bajo sitio o ser retenidos como escudos humanos”, alertó el funcionario.
Precisó además que miles más podrían ser forzados a desplazarse o podrían quedar atrapados entre las líneas de fuego, en situaciones en que los menores de edad, los enfermos, las mujeres y los ancianos serían particularmente vulnerables.
“Dependiendo de la intensidad y del alcance de la batalla, hasta un millón de personas podrían ser forzadas a huir de sus hogares en el peor escenario”, puntualizó el funcionario de la ONU.
O’Brien llamó por ello a las partes en conflicto a refrendar sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario para proteger civiles y para asegurar que estos tendrán acceso a la ayuda que necesiten. Subrayó que esa debería ser una prioridad.
Destacó que la ONU y sus aliados en el terreno harán todo lo posible para apoyar a la gente desplazada y afectada por las operaciones militares. Refugios para 60 mil personas ya están disponibles en campos de desplazados y sitios de emergencia.
Se construyen además sitios adicionales con capacidad para 250 mil personas, y más de 200 mil raciones de alimentos se preparan para ser distribuidas, informó O’Brien. dmh