BRASILIA. Eduardo Cunha, uno de los hombres fuertes de la política brasileña, utilizó su poder para impulsar la destitución de Dilma Rousseff y sustituirla por Michel Temer antes de que la Justicia le cercara por delitos de corrupción que derivaron en su detención.
El ex diputado y ex presidente de la Cámara de los Diputados de Brasil, un evangélico ultraconservador, de 58 años, fue detenido en el marco de la operación Lava Jato, que investiga la trama de Petrobras, y conducido a prisión.
La Justicia ha ordenado bloquear bienes de su propiedad por más de 220 millones de reales (70 millones de dólares) y le acusa de haber recibido otros cinco millones de dólares en sobornos que habría ocultado en cuentas en bancos suizos.
En el auto de prisión, el juez Sergio Moro considera que hay indicios de que cometió sus delitos de forma “reiterada, profesional y sofisticada” y de que actuó para obstruir la investigación, intimidar a testigos, abogados y autoridades.
Su detención ha caído como una bomba en los círculos de poder porque Cunha era hasta hace poco intocable y tiene suficiente información como para hacer tambalear los cimientos del sistema político brasileño.
La Justicia puso fin a su meteórica carrera el pasado mayo, cuando ordenó suspender su mandato como diputado y su cargo de presidente del Parlamento en medio de múltiples acusaciones de corrupción, lo que facilitó que el Parlamento le destituyera en julio.
Conocido en medios políticos como el “Frank Underwood” (el protagonista de la serie House of Cards) de Brasil, Cunha, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que también pertenece el actual presidente, Michel Temer, llegó a tener un inmenso poder que utilizó para comprar alianzas y minar a sus adversarios.
Antiguo aliado de Rousseff (Partido de los Trabajadores), se enfrentó con la ya ex presidenta cuando comenzó a sentir el cerco de la Justicia. En respuesta, utilizó su poder para liderar el proceso que terminó con la destitución de Rousseff y su sustitución por Michel Temer, el pasado 31 de mayo.
Eduardo Cunha había adelantado su deseo de preparar un libro de memorias. Ahora, como comentaba ayer uno de sus antiguos compañeros de filas, tendrá tiempo suficiente para escribir en la cárcel. Agencias
Caso Petrobras
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Políticos de diversos partidos están acusados de participar en la mayor causa por corrupción en la historia de Brasil. El dinero habría sido canalizado hacia el Partido de los Trabajadores y sus aliados
Vida de lujos
Cunha registró una flota de ocho autos de lujo a nombre de Jesús.com que incluía, ente otros, un Porsche Cayenne, un Ford Edge V6 y un Ford Fusion, valorados en más de 200 mil dólares. Su esposa gastó más de 850 mil dólares en artículos de lujo, como bolsos, zapatos y ropa de marcas exclusivas, en tiendas de París, Roma y Miami, según los investigadores.