El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el año entrante plantea una reducción de 239.7 mil millones de pesos respecto al monto aprobado por los diputados para este 2016. Sin embargo, al restar los recortes anunciados hace unos meses, el gasto en 2017 sólo disminuiría en 70.3 mil millones de pesos.

 

Así lo confirmaron fuentes de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, según las cuales el recorte planteado en el proyecto para el año entrante incluye los cambios que se anunciaron este 2016.

 

Sunny Villa, directora de Gasto Público del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que los recortes para 2017 se calculan respecto al presupuesto aprobado el año anterior, por lo que no se cuentan los ajustes que debería hacerse durante 2016. En su opinión, el verdadero problema radica en que durante el sexenio no se ha aplicado ningún recorte.

 

“No es lo mismo que se le quite dinero a algunos programas y que se ahorre, a que se destine a otros fines, pero de todos modos se termine gastando más. Y tampoco hay certeza de que los recortes de este año se apliquen”, advirtió.

 

Este año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) realizó dos ajustes al presupuesto, que en total fueron de 169 mil 400 millones de pesos.

 

Un segundo factor que juega en contra de la disciplina fiscal es que la SHCP subestima el dinero que va a obtener para gastar, por lo que al hacer el balance de los ingresos y lo que se ejerce, los ajustes se quedan en el papel, pues la dependencia argumenta que “no fue necesario hacer el recorte, porque hubo más dinero del que se esperaba”, explicó Valeria Moy, directora del observatorio económico México, ¿Cómo Vamos?

 

“Al considerar el presupuesto de este año, de 4.8 billones de pesos, pero al sumarle los recortes quedan 4.724 billones; sin embargo, no vamos a saber si los recortes de 2016 se hicieron, sino hasta mayo del año que entra, cuando se entrega la Cuenta Pública”, aseguró.

 

Para Enrique Díaz Infante, director del Programa de Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CCEY), la indisciplina fiscal es el factor principal que vigilarán las calificadoras internacionales para establecer si mantienen la calificación crediticia de México o la disminuyen.

“Las calificadoras se han quejado de los cumplimientos del presupuesto en años anteriores, de las promesas del gobierno que dice que va a recortar pero no lo lleva a la práctica y eso puede generar problemas al momento de pagar la deuda”, mencionó.