Un gran jurado presentó hoy cargos en Nueva York contra siete hombres, seis de los cuales fueron arrestados, por el tráfico de mujeres adultas y menores de edad para explotarlas sexualmente en México y EE.UU., informó la Fiscalía federal en Manhattan.
Los acusados, que están relacionados entre ellos, presuntamente operaban un negocio familiar y usando falsas promesas de amor, violencia física y sexual y amenazas obligaron a sus víctimas a prostituirse en beneficio económico de la organización.
Los hechos tuvieron lugar de 2000 a 2016, señaló la Fiscalía en Nueva York en un comunicado de prensa conjunto con el Departamento de Justicia federal.
Dos de los detenidos, Raúl Romero Granados e Isaac Lomeli Rivera, fueron arrestados en EE.UU., donde vivían, mientras que Efraín Granados Corona, Alan Romero Granados, Pedro Rojas Romero y Emilio Rojas Romero fueron arrestados en México, donde residían, por las autoridades de ese país.
Los hombres, de entre 24 y 41 años de edad, fueron arrestados entre el 26 y el 27 de octubre, mientras que el último acusado, Juan Romero Granados, está fugitivo, indicaron además las autoridades.
En muchos de los casos, los supuestos criminales seducían en México a sus víctimas, frecuentemente menores de edad, y lograban aislarlas de sus familias. Muchas veces, los traficantes recurrían a falsas promesas de amor para convencerlas de dejar a sus familias y mudarse a vivir con ellos.
En otros casos, las violaban haciendo difícil para ellas volver con sus familias por el estigma asociado con la violación, indica además la acusación.
Una vez lograban que dejaran a sus familias, mantenían vigilancia de sus comunicaciones, las encerraban en un apartamento sin comida y abusaban física o sexualmente de ellas.
Las víctimas eran obligadas a prostituirse, con frecuencia en un vecindario de Ciudad México conocido como La Merced, y tenían que sostener relaciones con entre 20 y 40 clientes cada día, de acuerdo con las autoridades.
Luego de un tiempo prostituyéndolas en México, hacían arreglos con otros miembros de la organización para llevarlas de contrabando a EE.UU, donde las mantenían en uno o varios apartamentos en la ciudad de Nueva York.
Aunque vivieran juntas, les prohibían comunicarse entre ellas, según la acusación.
Los traficantes continuaron usando la violencia sexual y física, las amenazas, mentiras y coerción para obligarlas a prostituirse, trabajando en burdeles o atendiendo a clientes en sus hogares, donde las llevaba un chófer asignado.
Los prostíbulos y los hogares de los clientes estaban repartidos por Nueva York, Connecticut, Maryland, Virginia, Nueva Jersey y Delaware, aseguran las autoridades.
Los siete hombres se enfrentan a un total de 21 cargos por conspirar para cometer tráfico sexual y por el tráfico sexual de menor mediante la fuerza, fraude y coerción, que les podría acarrear cadena perpetua.
También fueron acusados de transportar una persona con fines de prostitución, que conlleva una sentencia de diez años de cárcel.
“El tráfico humano es una destructiva y degradante práctica en contra de la norma y las leyes y los estándares más básicos de la dignidad humana”, dijo en el comunicado la fiscal general de EE.UU., Loretta Lynch, quien agradeció a las autoridades de México por su colaboración y compromiso para combatir el tráfico humano en ambos países.
El fiscal federal en Manhattan, Preet Bharara, calificó de “brutal” y “depredadora” la conducta de los acusados, quienes presuntamente “violaron, golpearon, torturaron y esclavizaron a sus víctimas, con frecuencia menores de edad que fueron coaccionadas a dejar a sus familias”.