Quizás el Panteón Francés de la Piedad no sea el más concurrido de la Ciudad de México en el Día de Muertos, en especial teniendo en cuenta que la mayoría de sus moradores fallecieron, aproximadamente, hace 100 años.

 

No obstante, seguidores de las tradiciones deciden pasar un momento de convivencia y adelgazar, por un sólo día, la línea entre la vida y la muerte.

 

Deambulando entre las tumbas, el visitante encuentra, bien cuidada, aunque sin mayor ornamentación, una pequeña cripta donde, a través de un pequeño vitral, se observa un retrato de Roberto Gómez Bolaños Chespirito.

 

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En palabras de Fortino Cruz, velador del camposanto, Chespirito sólo recibió este año la visita de su apoderado legal, quien depositó un par de ramos de flores de cempasúchil en su lápida. También indicó que en la calle 19 del mismo panteón se encuentran los restos del actor mexicano Mauricio Garcés.

 

Durante el recorrido realizado por 24 HORAS, se pudo observar poca afluencia de visitantes; pero quienes asistieron, algunos iban sonrientes, otros llevaron música, otros adornaron las lápidas con globos de calabazas, brujas, machetes con sangre y figuras de manos y dedos cortados (como si fuera Halloween) y algunos más simplemente contemplaban las tumbas en silencio.

 

Lápidas derruidas con 100 o más años de antigüedad, en su mayoría de niños, también les fue obsequiada una sola flor de cempasúchil.

 

El panteón Francés de la Piedad contrasta sus celebridades y personajes de la alta sociedad francesa antigua que ahí reposan, con algunas tumbas sin nombre reconocidas por apenas un perímetro de ladrillos a medio enterrar. No por eso son ignoradas, ya que una de estas últimas se encuentra cubierta hasta el último centímetro por pétalos de cempasúchil y adornando la cabecera con al menos 20 lirios.

 

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Finalmente, don Jesús Balderas, comerciante local de flores, apuntó que a pesar de que el panteón tiene 144 años de antigüedad, las ventas se mantienen relativamente estables, aunque los precios aumentaron hasta un 150% debido a las heladas de la última temporada, pero como él mismo comentó “la gente aún compra porque hay que quedar bien con los muertos”.