Decenas de miles de personas asistieron hoy en la plaza de Tel Aviv que lleva su nombre a una manifestación multitudinaria en recuerdo del asesinato en 1995 del primer ministro de Israelí, Isaac Rabín.
“El arma que fue disparada aquí fue una promoción de la película de terror que estamos viviendo ahora y que se sigue cobrando víctimas”, aseguró Yuval, el hijo del fallecido, que también criticó antes de la concentración la existencia de incitación hoy día en el país, recogió el diario Haaretz.
Además de la asistencia de miles de israelíes, está previsto que intervengan el líder del partido laborista, Isaac Hezog y su socia en la oposición en la plataforma de centro-laborista Campo Sionista, Tzipi Livni, junto al poeta ganador del Premio Israel Erez Biton o los cantantes David Broza, Lea Shabat y Efrat Gosh, entre otros.
El grupo laborista fue el responsable de financiar un homenaje que por primera vez en 21 años estuvo a punto de ser cancelado cuando los organizadores anunciaron que no contaban con fondos para llevarlo a cabo y que lo sustituían por encuentros más pequeños, conferencias y mesas redondas.
Según informó esta semana el diario Haaretz, era necesario cubrir 800.000 shekels (unos 190.000 euros) fundamentalmente para gastos técnicos y de seguridad.
“El evento siempre ha sido organizado por partes privadas. Pero a la luz de que estamos hablando de nuestro líder asesinado, insistimos en celebrar un acto alternativo, supeditado al programa y con las condiciones necesarias para un acontecimiento de este tipo”, aseguró Herzog días atrás.
La decisión dio paso a la polémica en el seno de la plataforma y también de la sociedad israelí, con posturas encontradas sobre si la ceremonia debía ser o no un espacio politizado desde el que criticar al actual gobierno y defender la democracia.
Rabin, que fue recordado el viernes en un encuentro más íntimo por sus familiares y altos cargos israelíes, firmó en 1993 los Acuerdos de Oslo que le valieron un Nobel de la Paz compartido con los ya también fallecidos Yaser Arafat y Simón Peres, y que allanaban el terreno a una solución al conflicto palestino-israelí que 23 años después sigue sin materializarse.