Latinoamérica lo “tiene todo” para ser una potencia mundial en desarrollo de sensores y software para el Internet de las Cosas (IoT), pues es una tecnología “que necesita urgentemente para disminuir sus desigualdades”, explicó hoy en entrevista con Efe Jordi Botifoll, presidente regional de Cisco.
“Ya hay miles de personas en la región desarrollando analíticos para los billones de dispositivos que estarán conectados en unos años. Esta es una industria floreciente, que además Latinoamérica necesita para sus macrociudades”, explicó el ejecutivo en el Cisco Live!, el encuentro regional de la compañía en Cancún (México).
Botifoll resaltó que la región cuenta además con una juventud como “activo importante”, que se destaca de la del resto del mundo “por su innovación constante” y su interés por la tecnología, pero a la vez pidió vencer “una considerable brecha digital.
“Esa brecha puede separar más y crear más desigualdades. Pero si se acorta, y por eso la tecnología tiene un rol fundamental, las desigualdades se minimizan”, consideró, al resaltar programas educativos en habilidades tecnológicas en Uruguay, Colombia y México, en los que Cisco participa con su Networking Academy.
Estas iniciativas, consideró, son necesarias para ayudar a solventar problemas sociales comunes en toda Latinoamérica, como el tráfico, las ciudades poco conectadas, la penetración de internet y el desarrollo de aplicaciones propias para su gestión.
Sin embargo, el titular de la tecnológica de San José (California, EE.UU.) consideró que Latinoamérica aún no está preparada para recibir la oleada de dispositivos y datos del IoT, pero reconoció que eso “forma parte del proceso”.
“Hay que priorizar más que nunca la inversión en tecnología en Latinoamérica”, dijo, en línea con el mensaje del Cisco Live!, el evento de desarrolladores y educación más grande de la región y que reunió a unos 5.000 profesionales de la tecnología hasta este jueves en el balneario mexicano.
Preguntado por el cambiante panorama económico y político de la región, Botifoll dijo que él y su empresa están “optimistas a largo plazo”, pues en medio de un “ánimo desalentador” presente desde hace unos tres años, ahora “se ve una luz hacia adelante, siempre y cuando Latinoamérica aproveche esta cuarta revolución industrial y ayude a digitalizar”.
“Soy muy optimista. Estamos viendo cambios en la geografía en positivo. Lo estamos viendo en Brasil y en Argentina. Venezuela es todavía un reto, por supuesto, pero también en Colombia ha habido una evolución muy positiva. Estos eran países que en origen tenían sus problemas de seguridad y cada vez van desapareciendo”, dijo.
Botifoll se atrevió a considerar que estos cambios han hecho de Latinoamérica una “industria floreciente” para el desarrollo de tecnologías y como centro de manufactura, al poner el ejemplo de cómo desde méxico su compañía exporta más de 7.000 millones de dólares al año en productos y soluciones al resto del mundo.
“Latinoamérica tiene unas fortalezas potenciales que otros lugares no tienen”, recalcó, y dijo que para que esto traiga beneficios, “la digitalización es importantísima, pues hay cambios en los ciclos económicos y cada uno es diferente. Si no hay mejor competitividad que en el anterior, no habrá éxito”.
Botifoll recalcó que los grandes mercados de la región, entre ellos México, Brasil, Argentina y Colombia, además de emergentes como Perú, Bolivia y Chile, “tienen una riqueza propia de recursos naturales, que si bien se aprovechan para desarrollar valor agregado, mayor será el ingreso”.
En esa línea, indicó que, según la experiencia de Cisco, los mercados asociados al desarrollo de las ciudades inteligentes, que es lo que más necesita la región por sus macrociudades y caos de circulación, es el principal frente de negocio hoy para las empresas del sector.
A eso se une el desarrollo de analíticos en los datos, el mercado de los sensores, soluciones en software en IoT, que han aparecido luego de las posibilidades generadas por los desarrolladores de la región, que ahora exploran múltiples formas asociadas gracias a su juventud e innovación.
Para ello, dijo, “la inclusión social es fundamental”, pues la aplicación de la digitalización “puede afectar todos los ámbitos, y se crearán servicios a los ciudadanos mejores y el Gobierno tendrá servicios más eficaces en su gestión”.
Por último, Botifoll llamó a los latinoamericanos a diferenciar la invención de la innovación, al considerar que “muchas buenas ideas se quedan en los cajones de las universidades, pero pocas innovan al entrar de verdad en el mercado”.