El alcalde Bill de Blasio refrendó a Nueva York como una “ciudad santuario” para migrantes, y dijo que hará lo posible para evitar la deportación de indocumentados si el presidente electo Donald Trump mantiene esa promesa de campaña.
En rueda de prensa, De Blasio afirmó que Nueva York no iba “a sacrificar al medio millón de personas que viven entre nosotros y que son parte de nuestras comunidades, cuyos familiares y seres amados son en muchos casos residentes permanentes o ciudadanos. No separaremos familias”.
El alcalde neoyorquino indicó que su gobierno haría “todo lo que sabemos hacer para resistir” la promesa de campaña de Trump sobre deportar a los inmigrantes sin documentos de Estados Unidos, y aseguró que muchas otras ciudades comparten también este compromiso.
Apuntó que si Trump decide llevar a cabo su plan entraría en directa confrontación con los principales centros urbanos en Estados Unidos, que son el corazón de la economía estadunidense. “Sospecho que habrá alguna reevaluación de su parte sobre esta posición”, añadió.
El alcalde declaró además que es vital para mantener la seguridad de la ciudad que los inmigrantes indocumentados tengan un canal abierto con la policía local.
En ese sentido, De Blasio destacó que Nueva York tiene una cooperación limitada con autoridades federales encargadas de temas migratorios.
Por el momento, Nueva York no comparte la información que posee sobre los inmigrantes indocumentados de la ciudad, a los que ha ofrecido credenciales de identidad, que ofrecen beneficios y descuentos en algunos servicios urbanos.
Al respecto, De Blasio puntualizó que podría asegurar “absolutamente” que el gobierno de la ciudad no compartiría con las autoridades federales la información de los inmigrantes irregulares que tienen una credencial de identificación local.
También subrayó que la ciudad resistirá cualquier intento del nuevo gobierno de limitar los derechos reproductivos de las mujeres de Nueva York, o las modificaciones al sistema de salud aprobado por el presidente Barack Obama que pudieran suspender el seguro médico a alguien que lo necesite.
La ciudad de Los Ángeles, California, también ha expresado una postura similar, luego de la elección de Trump como presidente de Estados Unidos.
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