Obras de arte, muebles que datan de finales de 1800 y un inmueble restaurado en la década de los setenta, es lo que alberga el Museo Casa Diego Rivera, espacio donde vivió la familia Rivera y donde el muralista corrió por los pasillos durante sus primeros seis años de edad.
Adriana del Carmen Azpeitia Hernández, encargada de la Sala de Lectura del Museo Casa Diego Rivera, que pertenece al Instituto Estatal de la Cultura, comentó que el artista plástico mexicano Diego Rivera nació un 8 de diciembre de 1886 junto con su hermano gemelo Carlos María, pero este falleció antes de los dos años.
En charla con Notimex, Azpeitia Hernández relató que la familia Rivera se fue a la Ciudad de México con Diego de seis años de edad, y esta casa se rescató a través de la hija del artista, Guadalupe Rivera Marín.
Ella en 1970, recordó la encargada, viene aquí a rescatar esta casa donde nació su padre para después abrirla como museo y rendirle homenaje a este importante muralista mexicano.
Este proyecto tardó unos cinco años en restaurarse porque estaba en condiciones deterioradas y después que la familia Rivera se va, entran otros dueños y queda abandonada también, luego pasó a una casa habitación que se rentaba.
Caminando por los pasillos del espacio museístico, Azpeitia Hernández siguió con su relato al añadir que hasta los años 70 es cuando se rescata y en 1975 abrió oficialmente como museo.
Mencionó que toda la colección que se encuentra aquí del maestro Rivera es de Marte R. Gómez, él es un personaje y un político que nació en Tamaulipas y se convirtió en ese importante coleccionista de la obra del muralista.
Explicó que la primera obra que le compró a Diego Rivera fue “La bañista de Tehuantepec” y así posteriormente, la hija de Diego, Guadalupe Rivera Marín, le vendió al coleccionista la pieza “Cabeza clásica” cuando su papá tenía que ir a Estados Unidos y así Marte R. Gómez fue adquiriendo las obras que están en exhibición.
Se trata de una colección que está conformada por alrededor de unas 170 obras, aunque hay algunas piezas que están viajando y otras en restauración, pero después y una vez que se tengan las piezas artísticas de regreso, se exhibirán en la exposición permanente.
“Las personas que restauran las obras pertenecen al Instituto Nacional de Bellas Artes, y otras muchas de las obras están en exposición como en el caso de las 17 acuarelas del Popul Vuh que están en una muestra en Japón”, precisó.
Por haber sido casa de uno de los grandes muralistas del país, que hizo historia en el quehacer plástico, los visitantes que llegan al recinto cultural se quedan sorprendidos que haya vivido en esta casa y en esta ciudad, porque conocen su obra en otros países.
Adriana del Carmen Azpeitia Hernández detalló que la casa ha tenido algunos cambios como paredes que se colocaron sobre las originales para poder conservar y poder hacer la restauración, “tenemos entendido que la familia Rivera se desprende de algunos muebles que son parte de ellos”.
Aclaró que los muebles que están en el espacio museístico, ubicado en la calle Positos número 47, colonia Centro, son de la época pero no de la familia de Rivera, tampoco se sabe en qué habitación dormía, pero sí que corría por estos pasillos.
jram