Nuestro país está muy preocupado por la relación que habrá con Estados Unidos en los siguientes cuatro años de la administración de Trump. El riesgo de la revisión del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) puede tener efectos negativos en varios sectores de nuestra economía, en donde se ponen en juego empleos, inversiones y el crecimiento.

 

Además, debemos revisar la política exterior en materia económica, política y de seguridad que llevará EU hacia el resto del mundo. En especial con China, porque estamos viendo el reinicio de una guerra comercial por el momento.

 

El gobierno chino anunció hace varios meses que llevaría su divisa a niveles de 6.85 yuanes para el cierre de 2016, en un marco donde la economía crece a un ritmo de 6.7%, pero en medio de un cambio de paradigma de ser un país exportador a uno de consumo interno.

 

Trump amenazó con aplicar aranceles “defensivos” de 45% a la importación de productos chinos, por considerar que el Gigante Asiático manipula deliberadamente su divisa. Hoy, la depreciación alcanza 7.0% y se encuentra en su nivel más débil frente al dólar en los últimos ocho años. Técnicamente existen riesgos de alzas adicionales hacia 7.15 yuanes o, bien, en el mediano plazo regresar al famoso 7.80 yuanes por dólar.

 

Si Donald Trump aplica sanciones a las importaciones de productos chinos, es lógica una respuesta inmediata de China. La autoridad de un Presidente estadunidense para ejercer este tipo de tarifas queda reducida a 15% por espacio de 150 días. Además, sólo podría afectar a productos específicos.

 

China advierte que de aplicarse sanciones sustituirá la compra de aviones Boeing por su equivalente en Airbus, y que las ventas de automóviles de marca estadunidense e iPhones sufrirán un revés. En el caso de Apple, 20% de sus ingresos provienen de la nación asiática; una batalla comercial entre EU y China sería catastrófica.

 

El Presidente chino, Xi Jinping, ha asegurado en su primera conversación con el que será su homólogo estadunidense, Donald Trump, que “la cooperación es la única opción correcta” y que ambos se reunirán “pronto”.

 

El republicano ha cambiado el tono de su discurso y ha confirmado a Xi Jinping su voluntad de trabajar para fortalecer la cooperación, al afirmar que cree que las relaciones entre las dos primeras economías mundiales “pueden definitivamente lograr un desarrollo superior”. Añadió que “China es un gran e importante país, cuyo desarrollo sorprendió al planeta. Estados Unidos y China pueden lograr beneficiarse mutuamente”.

 

Las guerras comerciales entre las dos naciones empezaron a principios de los 80. Los chinos comenzaron a suministrar sus textiles llevando a la quiebra a muchas empresas estadunidenses y Washington inició su política de introducir impuestos a los productos chinos. No obstante, desde hace unos años, Pekín ha dejado más “libre” (aunque le falta mucho más) la cotización del yuan.

 

El volumen de comercio entre EU y China es de alrededor de 600 mil millones de dólares. China es el mayor poseedor de los bonos del tesoro de EU, los cuales valen más de un billón de dólares y representan 17% de la tenencia.