CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco publicó una carta por el fin del Jubileo de la Misericordia en la que extendió de forma permanente la capacidad de los curas de absolver el “pecado del aborto” para que “ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios”.

 

La decisión transforma en permanente el permiso que Francisco había otorgado a los curas desde el 8 diciembre pasado hasta el cierre del año santo realizado ayer y es otra señal de flexibilización sobre la condena que la Iglesia carga contra las mujeres que abortan.

 

En su carta apostólica “Misericordia et Misera”, divulgada por la Santa Sede, Francisco no modifica la posición de la Iglesia Católica respecto de la decisión de abortar al que sigue mencionando como un “pecado grave”, porque “pone fin a una vida humana inocente”. Aunque agrega: “Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido”.

 

La decisión de Francisco se corresponde con las declaraciones que realizó en sus primeros meses de pontificado, cuando señaló: “No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o la anticoncepción. Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre el peligro de caer como un castillo de naipes”.

 

Cambio histórico

 

Hasta ahora, el “perdón” para el “pecado del aborto” era parte de la legislación eclesiástica, pero esa capacidad residía sólo en los obispos. Por lo tanto, la decisión de Francisco tiene que ver con un cambio de relación pastoral que va en línea de la relación que el Papa busca que la Iglesia establezca con sus fieles.