Del África central a los países árabes, de Europa a América Latina, pasando por Asia, el café tiene su espacio preferente en el mundo desde hace más de tres siglos, un recorrido por la historia que ahora una exposición en Marsella trata de revelar.

 

Nació en el siglo XIII en las montañas de Etiopía, en la región de Kaffa que le dio su nombre, no tardó en pasar a Egipto y el Imperio Otomano y, de ahí, a partir del siglo XVIII, al resto de los continentes.

 

¿Qué tiene esta bebida, de semilla tropical y gusto semiamargo, que acapara paladares e impregna los restaurantes?

 

Precisamente, eso busca responder la exposición Café In del Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo (MuCEM) de Marsella, una distinción a este grano centenario que estará abierta al público hasta el 23 de enero de 2017.

 

Escritor y periodista, Jean Michel Djian, comisario general de Café In, fue abordado por la dirección del MuCEM para que imaginara una exposición, porque soy un apasionado del café y porque conozco bien Etiopía, la patria del café, detalla a Efe.

 

El resultado: 400 obras de fotógrafos, artistas plásticos, intelectuales, antropólogos, músicos y escritores que, a su manera, abordan el tema del café como una tendencia en crecimiento.

 

La exposición conforma una compilación en la que se incluyen fotografías del brasileño Sebastiao Salgado (1944-presente), textos del escritor francés Honoré Balzac (1799-1850), partituras del compositor alemán Johann Sebastian Bach (1685-1750) o una escultura del artista cubano Roberto Fabelo (1950-presente), entre otros.

 

En ella, cubre la trayectoria del café, desde sus orígenes africanos, pasando por su legado colonial en América Latina, hasta su enorme producción y consumición actual.

 

El trabajo no deja fuera las propiedades curativas atribuidas a la bebida y hasta la cultura de la “cafeomancia“, el arte de predecir el futuro a través de los posos del café.

 

Y es que el café se bebe mucho, pero se conoce poco. Así lo confirma Djian al subrayar: idolatramos el café, bebemos 2.600 millones de tazas de café por año y no sabemos por qué lo bebemos.

 

Con su aroma reconfortante y sus efectos energéticos, ya son siete millones de toneladas de café las que se consumen anualmente en el mundo.

 

Un fenómeno confirmado por los nueve kilos de café que consumen, en promedio, por año los habitantes de países como Finlandia, Dinamarca y Noruega, principales consumidores de café en el mundo.

 

Sobre la producción comercial de café, según la exposición, el peso recae sobre Etiopía, Indonesia y Colombia, seguidos de Vietnam y Brasil. Mientras, países como México y Perú destacan en el cultivo del café ecológico.

 

Por si quedaban dudas, las cifras: el café, en sus dos especies distintas -arábiga y robusta- constituye, a nivel mundial, la segunda producción en términos de intercambio comercial después del petróleo, dice Djian, con una tendencia anual al alza del 2,5 %.

 

Habrá sido hace siglos, pero siguen tan vigentes como entonces aquellas palabras del militar y gobernante francés, Napoleón Bonaparte (1769-1821): El café fuerte me resucita.

 

OR