Luego del trágico accidente aéreo donde perdieron la vida 76 personas y otros seis resultaron heridas cerca de la ciudad de Medellín en Colombia, han surgido decenas de dudas sobre la calidad del avión siniestrado y la historia de la empresa responsable.
La Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación (LAMIA) comenzó a funcionar en el año 2009 con capitales venezolanos, realizando vuelos desde el aeropuerto Alberto Carnevali en la ciudad de Mérida, Venezuela.
A partir de 2014 solicitó licencia para volar desde Bolivia como un “pequeño operador”. Allí se especializó en brindar vuelos chárteres no regulares, algo muy utilizado por distintos equipos de fútbol.
Tal como explicó la compañía en su presentación en Paraguay hace un mes, LAMIA pone “a disposición de particulares y empresas interesadas el alquiler de una aeronave AVRO RJ-85 de fabricación inglesa British AeroSpace, año de fabricación 2000, con capacidad para 95 pasajeros y 3.000 kg de carga”. Asimismo, aseguran que mantienen “estándares de seguridad operacional a nivel internacional, con tripulaciones calificadas con los más altos estándares de la industria aeronáutica”. El British Aerospace 146 (BAe 146) que cayó en Colombia es parte de la familia de jets británicos que cuentan con cuatro reactores turbofan y cola en T. Su primer vuelo lo había realizado en 1999 y pasó a formar parte de LAMIA en 2013.
Entre sus principales clientes figuran el club Atlético Nacional (Colombia), la selección Venezolana de Fútbol (Venezuela), el club The Strongest (Bolivia), Blooming (Bolivia), Oriente Petrolero (Bolivia), Real Potosí (Bolivia), Olimpia (Paraguay), EcoJet (Bolivia), el Ministerio de Minería de Bolivia y Fénix Entertainment Group (Argentina). Hace algunas semanas incluso, la selección argentina de fútbol había viajado en el mismo avión para enfrentar a Brasil por las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Rusia 2018.
Desde que comenzaron a volar en el año 1981, estas aeronaves han protagonizado 13 accidentes que causaron la muerte de al menos 200 personas. El primero y más trágico fue en 1987, cuando un vuelo de Pacific Southwest Airlines se precipitó en una colina cerca de Cayucos, California, luego de que un empleado disparara varios tiros dentro de la cabina. 43 personas murieron.
Otros accidentes se sucedieron en Chile, China, España y Turquía, entre otros. El más reciente, en abril de 2014, fue en un vuelo de Chevron Australia, en el cual uno de los motores se prendió fuego poco tiempo después del despegue del aeropuerto de Perth. Gracias a la acción del piloto pudieron regresar a tierra a tiempo y no hubo que lamentar ninguna víctima fatal.
La versión de la empresa
Luego del accidente en Colombia, el primero en salir a hablar fue Gustavo Vargas, director general de LAMIA. “No entiendo por qué ha pasado esto, estamos desconcertados, a los aviones se les hace mantenimiento y los pilotos están preparados”, declaró.
“Nosotros no hemos tenido ningún accidente en nuestra historia”, remarcó Vargas.
También recordó que “la selección de Venezuela, de Argentina e incluso con el Chapecoense ya habíamos viajado en varias oportunidades”. (Con información de RT) JMS