Con la colaboración de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) presentó la actualización de los Mapas de Peligros del Volcán Popocatépetl, que también fueron traducidos al náhuatl.

 

Este documento incluyen información relativa a las zonas que podrían ser afectadas por flujos piroclásticos, lahares, avalanchas, lava y ceniza.

 

Los planos contienen información sobre las zonas que podrían ser afectadas por flujos piroclásticos, corrientes de lodo y escombros (lahares), avalanchas, lava y ceniza.

 

La investigadora del área de vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, Ana Lillian Martin del Pozzo, explicó que se incluyeron tres mapas referentes a la caída de ceniza, ya que este es lo más frecuente que se presenta.

 

En un comunicado difundido por la máxima casa de estudios, precisó que en los mapas actuales consideran todos los aspectos de cada las regiones que rodean al coloso como densidad, aeropuertos, escuelas, bancos, hospitales y mercados ya que esa área está densamente poblada.

 

“En esta actualización decidimos que lo separaríamos en diferentes mapas, con el objetivo de hacer la información más clara para la población, las autoridades y, sobre todo, para los tomadores de decisiones”, apuntó.

 

La científica indicó que los nuevos Mapas de Peligros del Volcán Popocatépetl fueron elaborados a partir de la reconstrucción de su historia geológica.

 

A través de trabajo de campo y revisión de archivos históricos se reconocieron los estilos eruptivos, recurrencia y extensión de las erupciones en tiempos geológicos e históricos.

 

“Hicimos una revisión documental, se definieron escenarios basados en el tipo de fenómenos volcánicos y, con las últimas tecnologías y diferentes programas, desarrollamos simulaciones”, puntualizó.

 

El volcán es inmenso, peligroso y activo, por lo que su conocimiento permite determinar lo que podría ocurrir en el futuro, y éste es precisamente el objetivo de la actualización, afirmó el director general del Cenapred, Carlos Valdés González.

 

A una distancia de 100 kilómetros del coloso viven unos 24 millones de habitantes, de los cuales 11.6 millones son hombres y 12.5 millones mujeres; de ellos, 5.3 millones son niños menores de 12 años y 2.26 millones son adultos mayores de 60 años.

 

En ese radio hay 7.4 millones de viviendas, tres mil 719 hospitales, 34 mil 669 escuelas, ocho mil mercados, cuatro mil 159 bancos, mil 165 gasolineras y cinco aeropuertos; por lo tanto, lo que haga el volcán podría tener consecuencias importantes.

 

El funcionario federal detalló que los mapas se montan sobre un atlas de riesgo y por eso la información contextualiza la importancia de la actividad de un volcán.

 

“Es necesario impulsar un sistema nacional de alerta que permita avisar en forma oportuna y que la población sepa cómo debe recibir estas alertas y entenderlas”, destacó.

 

A su vez, el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente Espinosa, recordó que desde 1993 el Popocatépetl ha estado activo y aunque ha tenido momentos de paz, su actividad es suficiente para una erupción de carácter mayor en cualquier momento.

 

“Esto haría que las poblaciones aledañas y gran parte de los 24 millones de habitantes del Valle de México pudieran tener algún tipo de afectación”, refirió.

 

En ese sentido, destacó la importancia de conocer el mapa de riesgos y sus actualizaciones, pues hace factible que los titulares de protección civil tengan a la mano información precisa.

 

 

OR