El fabricante de hornos y aires acondicionados, Carrier se comprometió a dejar 800 empleos directos y 300 más de administración en Indiana, pero mantiene su intención de mover otros 700 a sus instalaciones en Nuevo León, y cerrar otra fábrica en Huntington, en el mismo estado de la Unión Americana, donde hay 700 personas empleadas.

 

La compañía confirmó la decisión e informó que había recibido el compromiso por parte de las autoridades estatales estadunidenses de recibir siete millones de dólares en exenciones fiscales como parte de sus “incentivos” para quedarse.

 

No obstante, precisó en un comunicado, “este acuerdo de ninguna manera disminuye nuestra creencia en los beneficios del libre comercio y que las fuerzas de la globalización continuarán exigiendo soluciones de cara a la competitividad a largo plazo de Estados Unidos y sus trabajadores en el futuro”.

 

Carrier había anunciado en febrero pasado que cerraría una de sus plantas, en Indianápolis, la capital de Indiana, donde emplea mil 400 trabajadores, para trasladar su producción a Monterrey, en el estado de Nuevo León, a partir de 2017, con vistas a completar el proceso en 2019. Con este plan buscaba un ahorro de 65 millones de dólares en gastos, aunque estaba sujeto a negociaciones con el sindicato de trabajadores.

 

El martes, la empresa informó vía Twitter que había alcanzado un acuerdo con el Presidente electo de Estados Unidos para mantener cerca de mil puestos de trabajo en Indiana y prometió “más detalles pronto”. Ese mismo día, medios de Nuevo León reportaban la instalación de módulos para la contratación de personal para la fábrica, construida en el municipio de Santa Catarina con una inversión de 200 millones de dólares.

 

Carrier es propiedad del contratista de defensa United Technolgies, que tiene diversos contratos con el Departamento de Defensa por la fabricación de motores de aviones caza F-35.

 

De hecho, los medios estadunidenses han apuntado que a través del acuerdo con Donald Trump, Carrier espera suavizar sus relaciones con el nuevo Gobierno, ya que cerca de 10% de sus 56 mil millones de dólares en ingresos en 2015 llegaron a través de contratos federales con el Pentágono.

 

El presidente electo ha apuntado su voluntad de poner fin al tope de gasto en Defensa acordado por Obama y el Congreso para frenar el alza en los déficits presupuestarios, con lo que se prevé se abra la puerta a nuevas licitaciones públicas.

 

El Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, acudió este jueves a la planta de Carrier en Indiana, en donde estuvo acompañado por el vicepresidente electo y gobernador de esa entidad, Mike Pence, y por Greg Hayes, presidente de United Technologies, propietaria de Carrier.