MANILA. El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aseguró este sábado que el mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, le deseo éxito en su ofensiva contra las drogas y describió el diálogo como “muy alentador”.
Duterte ofreció detalles sobre la llamada que mantuvieron ambos, luego que se conoció que el mandatario realizó la llamada a Trump, quien también sostuvo una llamada con la presidenta Taiwán, Tsai Ying-wen, cuando los dos países no tienen relaciones diplomáticas.
El polémico mandatario filipino, que ha mantenido un perfil belicoso contra el presidente Barack Obama, llamó para felicitar a Trump la noche del viernes en su primera charla que fue descrita por un asesor de Duterte como “conversación muy animada” de reconocimiento.
Christopher Lawrence Go, asistente personal de Duterte, precisó a la prensa que la conversación duró más de siete minutos, y fue “muy atractiva y animada”.
Duterte le propuso cordialmente a Trump asistir a la Cumbre de la ASEAN el próximo año en Manila, y el magnate le extendió una invitación al presidente de Filipinas para acudir a la Casa Blanca, también en 2017.
“Él entiende la forma en que estamos manejando (la cuestionada ofensiva contra la drogas)… él realmente dijo que sería el último en interferir en los asuntos de nuestro propio país”.
Trump y Duterte “destacaron la larga historia de amistad y cooperación entre ambas naciones y acordaron que los dos gobiernos seguirán trabajando estrechamente en asuntos de interés y preocupación mutuos”, apuntó en un comunicado el equipo de transición del republicano.
Estados Unidos y Filipinas han sido países históricamente aliados, pero sus nexos se han degradado desde que Duterte fue elegido nuevo presidente en mayo, con la arremetida que emprendió el filipino contra su colega Obama.
Para la Casa Blanca, Filipinas es un socio importante en la región Pacífico en la estrategia impulsada por la administración de Obama para contrarrestar el auge de China.
Por otra parte, el equipo de transición de Trump informó en un comunicado que el presidente electo había hablado por teléfono con la mandataria taiwanesa, en la que ella felicitó al magnate por su victoria.
Con esta conversación, Trump arriesga desatar la ira de China, que considera a Taiwán una región separatista y se opone a cualquier contacto oficial con el gobierno de Taipei.
Trump y Duterte deberán ponerse de acuerdo en la posición de Washington con respecto a la dura política de Filipinas en materia de lucha contra el narcotráfico, y del expansionismo de China en el Mar del Sur de China.
Durante la campaña presidencial, Duterte prometió matar a 100 mil criminales en los primeros seis meses de su mandato para acabar con el narcotráfico y advirtió que aconsejaba abrir negocios funerarios si alcanzaba la presidencia.
Debido a estas políticas, el presidente filipino ha sido duramente criticado por la ONU. Por su parte, Estados Unidos ha declarado sentirse “profundamente preocupado” por el aumento de las muertes en ese país. JMS