Las grandes y medianas urbes tienden a sobreiluminar sus espacios, lo que genera una contaminación lumínica muy fuerte que afecta a los seres humanos, la fauna y la vegetación en México y el mundo.
“Si tu miras la tierra desde la Estación Espacial en la noche ves iluminada toda Europa, América, Asia, partes de África y eso quiere decir que hay una gran cantidad de energía desperdiciada”, indicó José Franco, coordinador de la Noche de las Estrellas.
En entrevista luego de inaugurar en Ciudad Universitaria el evento astronómico más importante de América Latina, advirtió que desperdiciar la luz artificial también genera un “despilfarro económico muy grande”.
“Una fracción importante de los presupuestos de los municipios se va en alumbrado público, además estamos quemando combustible de manera inútil y generamos gases de efecto invernadero”, alertó.
Además señaló que la contaminación lumínica que “tenemos en la Ciudad de México es gigantesca, basta con salir y regresar en la noche para ver el halo luminoso que hay en la ciudad y toda esa luz es la que se está desperdiciando”.
Indicó que este fenómeno es un problema de salud pública, debido a que los habitantes de esos lugares no pueden descansar de manera adecuada durante la noche, lo que provoca efectos psicológicos, neurosis y otras alteraciones.
El también director general de la Divulgación de la Ciencia en la UNAM externó su preocupación, ya que este tipo de contaminación afecta a muchas especies animales que tienen su actividad en la noche.
“Al tener la luz artificial durante toda la noche, ésta se ve fuertemente afectada y no solamente son los animales sino también las plantas y los insectos, esto quiere decir que tenemos un problema ambiental muy serio”, apuntó.
Se mostró confiado en que las autoridades atiendan este fenómeno que genera un problema muy severo en la sociedad y dijo estar contento porque la diputada Tania Aguijo ya generó una propuesta para legislar de manera federal el alumbrado en el país.
Finalmente, destacó que el municipio de Ensenada, Baja California, fue el primero en tener una legislación para controlar el alumbrado público y después se aplicó en toda la entidad.