Juan Eduardo Pérez de la Torre, médico cirujano maxilofacial, del Hospital Civil de Guadalajara (HCG), construye piezas tridimensionales similares al fragmento de cráneo que sus pacientes perdieron por un traumatismo.
Explicó que cada reconstrucción inicia con la creación de un molde a partir de la radiografía y tomografía del paciente, de la cual se obtiene un modelo tridimensional que se imprime en filamento PLA 3D (ácido poli-láctico, un material biodegradable), se pule y se crea la pieza final en un material llamado PMMA (Polimetilmetacrilato), que es utilizado en implantes dentales y en ortopedia.
Destacó que la ventaja es que de manera digital se confecciona con precisión para que quede simétrico y con exactitud, para cuando se lleve a quirófano el neurocirujano no tenga que ajustar la prótesis, sino solamente fijarla a través de placas y tornillos de titanio.
“El tiempo promedio de cirugía es de 120 a 130 minutos, estamos hablando de dos horas por todo el proceso, desde que se abre la piel. La adaptación tarda entre 8 y 10 minutos. En la cirugía es abrir y fijar la pieza, la prótesis no ha tenido mayores problemas para el ajuste”, expuso.
El cirujano explicó que la reconstrucción de cráneos puede llegar a costar hasta 200 mil pesos si se manda a hacer a Suiza; sin embargo, con la impresión en 3D, el costo disminuye a 13 mil pesos, debido al convenio con la compañía encargada de las impresoras.
El especialista recordó que ha desarrollado hasta la fecha esta iniciativa en ocho pacientes con resultados favorables, reconstruyendo copias casi idénticas del fragmento de cráneo que perdieron por un traumatismo.
Manifestó que el primer paciente que intervino mediante este proceso, con ayuda de Javier de la Peña, cirujano maxilofacial y doctor en investigación científica; y de Armando González, otorrinolaringólogo; fue Cristian González Languren, un niño de 12 años que requería una craneoplastía, en la que fue posible una reconstrucción tridimensional de la tapa del cráneo.
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Verónica Languren, madre del menor, narró que el 15 de agosto de 2015 Cristian se resbaló de la azotea. El golpe generó la inflamación de la masa encefálica, situación que médicos del HCG trataron de mitigar con medicamentos durante una semana, “pero su cuerpo no respondía y fue necesario retirar una parte del cráneo para evitar que el cerebro colapsara por falta de espacio”. Y fue en ese momento cuando el cirujano plástico Pérez de la Torre, fue incorporado al equipo médico que atendía este caso.