El pesimismo entre los analistas privados sobre el rumbo de la economía en 2017 se alejó cada vez más de los pronósticos oficiales después de la elección presidencial en Estados Unidos. Ayer, Bank of América Merril Lynch se sumó a otras instituciones al recortar de 2.1% a 1.3% su estimado de crecimiento para el PIB el año próximo.
El crecimiento de 1.3% en 2017 significaría el menor impulso para el PIB nacional desde que se presentó la crisis financiera global a finales de 2008, y que se padeció durante 2009.
Al actualizar las expectativas que presentó en septiembre pasado, antes de la jornada electoral en el vecino país, la firma estadunidense previó que la economía mexicana registre una desaceleración el siguiente año, a consecuencia de un ambiente externo complicado con riesgos de alza en las tasas de interés en EU.
Asimismo, debido a la incertidumbre en torno a las potenciales políticas anticomercio y antiinmigración de Donald Trump, además de una posible reducción de la demanda externa, lo que propiciaría una reducción de flujo de dólares al país.
Carlos Capistrán, economista en jefe para México de BofAML, comentó que la desaceleración vendrá en la medida en que el país se ajuste a un menor financiamiento externo. Además, se espera que una menor actividad en consumo e inversión, así como en la producción petrolera y el gasto público desacelerarán el gasto en bienes y servicios por parte de los consumidores, las empresas y el Estado.
En el escenario interno, la consolidación fiscal continuará con las expectativas del gobierno en reducir el déficit primario través de un menor gasto; sin embargo, el Gobierno enfrentará vientos en contra debido a la depreciación del peso y tasas de interés más altas, por lo que los retos fiscales se mantendrán, aunque una transferencia substancial de las ganancias del Banco de México (remanentes) favorecerían el déficit primario.
Refirió que una producción petrolera menor a la esperada ocasionará presiones al déficit de la cuenta corriente (el balance entre la entrada y salida de divisas del país), además de que se estima un descontento por parte de los consumidores, ya que las perspectivas de un mejor escenario económico para el país y sus hogares no los tienen convencidos.
Capistrán señaló que también se debe estar pendiente al calendario electoral en los siguientes dos años, toda vez que pueden sr un factor que impacte en la actividad económica, particularmente en un cambio de escenario en el Congreso y en las políticas del siguiente presidente.
En cuanto al desempeño de la economía estadounidense, el especialista refirió que un mayor crecimiento económico en ese país es positivo para México, aunque esa mejoría vendría acompañada de un alza en sus tasas de interés, lo cual finalmente representaría un escenario adverso para México, además de que las políticas fiscales, la repatriación y la desregulación que prevén implementar traería un dólar más caro, lo cual limitaría las actividades de consumo doméstico.
Respecto a las variables clave para la actividad económica en 2017, BofAML prevé que la inflación se ubique en 4%, las tasas de interés lleguen a 6%, en consonancia con los aumentos en EU y un tipo de cambio de 22 pesos por dólar.