SEUL. La Asamblea Nacional (parlamento) de Corea del Sur someterá hoy a votación una moción para destituir a la presidenta Park Geun-hye, acosada y debilitada por el mayúsculo escándalo de la “Rasputina coreana”.
La votación tendrá lugar al inicio de la sesión plenaria, que está programada a las 15.00 hora local (6.00 GMT), y llevará al menos 40 minutos según estimaciones, ya que se permitirá a los diputados realizar breves intervenciones.
Los tres partidos de la oposición e independientes, que están a favor del “impeachment” y suman 172 diputados, realizan hoy los últimos esfuerzos para buscar aliados en el partido conservador Saenuri de la presidenta Park, que acumula 128.
Sacar adelante el proceso de destitución requiere el voto a favor de dos tercios de los 300 escaños de la cámara, lo que implica que al menos 28 diputados del partido gobernante den la espalda a su líder y voten a favor.
La votación, que se realizará de forma anónima, se prevé ajustada aunque los pronósticos se decantan por el “sí” ya que el sector más crítico de los conservadores aseguró que al menos 40 de sus diputados tienen intención de apoyar la destitución.
Los diputados de la oposición amenazaron con presentar su renuncia en masa si el proceso no sale adelante.
Si el parlamento aprueba la moción, la presidenta sería desposeída inmediatamente de todos sus poderes al frente del Estado, desde el control del Ejército hasta el derecho a veto o decisiones de política exterior, en beneficio del primer ministro Hwang Kyo-ahn.
Sin embargo, para hacer efectiva la destitución aún se requeriría el voto a favor de seis de los nueve jueces del Tribunal Constitucional, un proceso que llevaría 180 días como máximo pero que según expertos podría completarse en aproximadamente dos meses.
El proceso contra la jefa de Estado se produce a raíz del caso Choi Soon-sil, el mayor escándalo de corrupción de los últimos años en el país.
La presidenta fue señalada por los fiscales como “cómplice” de su amiga Choi Soon-sil, que presuntamente creó una red para recaudar decenas de millones de dólares de grandes empresas del país -mediante extorsión o a cambio de favores- y posteriormente se apropió parte de los fondos.
La “Rasputina”, hija del controvertido líder de una secta religiosa que fue mentor de Park, también editaba discursos de la presidenta, decidía su vestuario y se cree que pudo intervenir en asuntos de Estado a pesar de no tener cargo alguno.
Este caso ha generado una indignación generalizada y millones de personas han protagonizado en las últimas semanas las mayores protestas de la historia de Corea del Sur para exigir la salida inmediata de Park.