António Guterres juró hoy el cargo como noveno secretario general de Naciones Unidas y adelantó su intención de impulsar cambios en la organización para, entre otras cosas, tratar de recuperar la confianza de los ciudadanos.
“La ONU debe estar lista para cambiar”, dijo Guterres ante los 193 Estados miembros apenas unos minutos después de prestar su juramento como sucesor de Ban Ki-moon.
El ex primer ministro portugués, que oficialmente asumirá el cargo el 1 de enero, subrayó que Naciones Unidas debe “admitir sus defectos y reformar la forma en la que trabaja”.
“Esta organización es el pilar del multilateralismo y ha contribuido a décadas de relativa paz. Pero los desafíos están superando ahora nuestra capacidad de responder”, señaló.
El mayor problema a día de hoy, aseguró Guterres, es la incapacidad de la ONU y de la comunidad internacional para “prevenir crisis”.
“Naciones Unidas nació de la guerra. Hoy debemos estar aquí para la paz”, insistió, defendiendo la necesidad de más “mediación, arbitraje y diplomacia creativa”.
Guterres dijo que quiere cambios en tres grandes áreas: el trabajo en favor de la paz, el apoyo al desarrollo sostenible y la gestión interna.
En ese último ámbito, adelantó que buscará una organización “ágil, eficiente y efectiva”, que se centre “más en la gente y menos en la burocracia”.
Discurso
En su discurso, Guterres hizo un análisis general de la coyuntura internacional y avisó de la creciente brecha entre la gente y los políticos como consecuencia de los efectos negativos de la globalización.
“Los votantes ahora tienden a rechazar el status quo y cualquier propuesta gubernamental que sea sometida a referéndum. Muchos han perdido confianza no solo en sus gobiernos, sino también en instituciones globales, incluida Naciones Unidas”, recordó.
Según apuntó, “el miedo está motivando las decisiones de mucha gente alrededor del mundo” y los dirigentes deben “comprender sus ansiedades y responder a sus necesidades, sin perder vista de nuestros valores universales”.
“Es momento de reconstruir las relaciones entre la gente y los líderes, nacionales e internacionales. Es momento de que los líderes escuchen y demuestren que se preocupan por su propia gente y por la estabilidad global de la que todos dependemos”, defendió Guterres.
Según dijo, el mundo vive una “paradoja” por la que, a pesar de una mayor conectividad, las sociedades se están haciendo más fragmentadas.
“Más y más gente vive en su propia burbuja, incapaz de apreciar los vínculos con el conjunto de la familia humana”, lamentó Guterres, que insistió en que la ONU debe trabajar para superar el miedo y promover la confianza entre la gente y unos valores comunes.
En un discurso pronunciado principalmente en inglés y francés, Guterres cambió al español para subrayar la importancia de escuchar a los jóvenes y de aumentar su participación en la sociedad y su acceso a la educación, la formación y el empleo.
Asimismo, el próximo secretario general adelantó que la paridad de género será un criterio clave a la hora de elegir su equipo de trabajo y de designar a otros altos cargos en la organización.
De 67 años, Guterres pasó la última década al frente del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y desde el principio del proceso de selección del próximo secretario general se destacó como el gran favorito de los Estados miembros.
Al frente de Naciones Unidas el portugués sucederá a Ban Ki-moon, a quien la Asamblea General rindió hoy tributo y a quien dedicó una gran ovación por su labor.
En su última intervención ante este órgano, Ban animó a los gobiernos del mundo a ir más allá de los intereses nacionales y a pensar en el bien de la humanidad.
El diplomático coreano aseguró que su “corazón” seguirá estando con Naciones Unidas y expresó su satisfacción por ceder el testigo a “un hombre de integridad y principios”.
“No tengo duda de que él, con su pasión y compasión, navegará con éxito los muchos desafíos complejos y llevará la organización a lugares nuevos y más altos”, señaló.
dca