Si bien no está claro quién convocó a quién, el encuentro del fin de semana entre Carlos Slim y Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, es significativo al considerar la presencia que ha ganado el magnate mexicano en Estados Unidos, en particular tras la crisis financiera de 2008, a través de empresas en sectores clave como la telefonía, tiendas de lujo, medios de comunicación, inmobiliario y financiero, entre otros.
Luego de los desencuentros entre ambos tras las declaraciones del próximo inquilino de la Casa Blanca en torno a los mexicanos, este martes, a través de un tuit para confirmar la reunión del sábado pasado, Trump se refirió al empresario mexicano como un “un gran tipo”.
El 1 de diciembre, durante un foro en México organizado por Bloomberg, Carlos Slim se refirió a las promesas del republicano de crear 25 millones de empleos, de que la economía estadunidense crezca 4% y de una gran inversión en infraestructura, además de bajar los impuestos a la clase media de Estados Unidos. “Si eso pasa… será muy bueno para México”.
Sin embargo, la mejoría de la economía estadunidense sería también una buena noticia para los negocios del mexicano en aquel país, en donde a través de América Móvil, Slim Helú posee la compañía de telefonía de prepago TracFone Wireless, el mayor proveedor de servicio celular sin contrato en Estados Unidos, con operaciones además en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y desde hace unos años es dueño de Simple Mobile, uno de los operadores móviles virtuales más grandes de T-Mobile en ese país.
En 2011, el ingeniero civil elevó a 16.2% su participación en Saks Fifth Avenue, la cadena minorista de lujo a la que ingresó como accionista en 2009, cuando los títulos de la empresa se desplomaron. También en ese año Slim aprovechó el mal momento del diario The New York Times y mediante un préstamo de 250 millones de dólares que lo llevó a adquirir el control de 16.83% del grupo.
En el sector inmobiliario, el multimillonario mexicano inyectó 190 millones de dólares para construir el hotel Ramada Gateway, un complejo de 500 habitaciones en Orlando, Florida, muy cerca de Walt Disney World.
Slim posee acciones en Blackrock, con sede en Nueva York, y considerado el mayor administrador de fondos del mundo, cuyos activos ascienden a más de 5.1 billones de dólares, según la propia compañía, en cuyo consejo de administración está presente su hijo Marco Antonio Slim Domit.
En octubre pasado, Elementia, la cementera propiedad de Slim firmó una carta de intención para la compra de 55% de la estadunidense Giant Cement Holding, que opera en la Costa Este de Estados Unidos, y que le permitirá acceder al tercer mercado de cemento más grande del mundo.
En 2012, el mexicano incursionó en la televisión estadunidense a través del canal Ora TV, fundado junto el periodista Larry King. Fue en este negocio donde precisamente a mediados del año pasado se dio el distanciamiento entre el ingeniero y Donald Trump.
A finales de junio de 2015, Arturo Elías Ayub, vocero de Slim, confirmó que el canal canceló un proyecto con el magnate estadunidense luego de en el lanzamiento de su campaña para la nominación del partido republicano describió a los migrantes mexicanos como “violadores y traficantes de drogas”.
A casi 18 meses de aquel episodio, el mismo Elías Ayub confirmó que Trump había invitado a cenar a Carlos Slim, aunque según la versión de Trump, fue el mexicano quien lo buscó.
Ricos y poderosos
Más allá de la polémica, el sábado se reunieron dos personajes con una gran influencia no sólo por los varios miles de millones de dólares en sus cuentas, también por la cantidad de personas a las que impactan con sus decisiones.
Según la lista de Forbes de los 74 personajes más poderosos del mundo, publicada la semana pasada, en el último año Trump escaló de la posición 72 a la segunda, mientras que Slim descendió del sitio 15 al 17.
En tanto, según la lista de multimillonarios que publica la misma revista, las fortunas de ambos se redujeron entre 2015 y 2016. En el caso del empresario mexicano su riqueza se redujo de 77 mil 100 millones de dólares a 50 millones, con lo cual descendió del segundo al cuarto lugar en ese ranking. No obstante, su riqueza supera por mucho a la del próximo Presidente de EU, cuya fortuna pasó de cuatro mil 500 millones a tres mil 700 millones de dólares, lo que lo hizo descender de la posición 121 a la 156 en la lista de acaudalados.