Son niñas, deben estar recluidas en un templo, no caminar más allá de sus paredes, tienen que ser perfectas, puras de alma y corazón; cumplir con varios requisitos para ser llamadas deidad viviente. Son la Kumari.
La palabra significa niña virgen, por lo que su reinado dura poco… hasta que llega su primera menstruación.
Estas mujeres que son íconos en Nepal y específicamente en el valle de Katmandú, hindúes y budistas las adoran porque creen que fueron poseídas por la diosa Taleju.
Son seleccionadas a temprana edad, según contó a la BBC de Londres, Chanira Bajracharya, quien fue una kumari de los cinco a los 15 años.
Relató cómo las niñas kumari dejan de ir a la escuela pues sólo pueden tener comunicación con algunas personas.
Además, tienen que están quietas durante horas para dar la bendición a miles de personas que acuden a verlas, principalmente en las festividades.
La kumari es seleccionada en la comunidad de Newari, la más grande en el valle de Katmandú.
Sacerdotes de origen budista e hinduista son los que verifican que tengan los atributos físicos y psicológicos, que tenía buda.
Con información de la BBC
dca