VIENA. El austríaco Bogdan Roscic, actualmente responsable de música clásica en el consorcio Sony Music, será a partir de 2020 el próximo director de la Ópera de Viena, anunció hoy el ministro austríaco de Cultura, Thomas Drozda.

 

Roscic, nacido en 1964 en Serbia, sucederá en el prestigioso cargo al francés Dominique Meyer, quien termina en 2020 su segundo mandato de cinco años.

 

En una rueda de prensa en Viena, Drozda explicó el nombramiento con el objetivo de “reposicionar” a partir de 2020 la ópera de Viena como la principal institución cultural de Austria.

 

Roscic, quien llegó a la república alpina como inmigrante cuando tenía 10 años, estudió Filosofía en la Universidad de Viena donde se doctoró en 1989.

 

A continuación empezó a trabajar como periodista musical y de cultura en el diario conservador vienés Die Presse.

 

A partir de 1993 asumió el cargo de jefe de música en el radio pública Ö3, centrada en la música moderna y en el entretenimiento.

 

En 2002 abandonó la radio y Austria para ser director artístico de la renombrada discográfica de música clásica Deutsche Grammophon en Hamburgo, Alemania.

 

En 2006 se trasladó a Londres para asumir el cargo director ejecutivo de Decca, otra discográfica de música clásica, que representa a estrellas de la ópera como Anna Netrebko, Rolando Villazón o Cecilia Bartoli.

 

En 2009 asumió en Nueva York la presidencia del sector de música clásica del consorcio Sony Music.

 

Drozda aseguró hoy que el nombramiento de Roscic se debe a sus excelentes contactos con los mejores cantantes y directores de orquesta del mundo.

 

“Quiero aprovechar la ocasión para reposicionar la Ópera de Viena como nuestra principal institución cultural”, dijo el ministro, en referencia a posibles críticas por este nombramiento.

 

“Creo que debemos mirar hacia el futuro, lo que no significa criticar el statu quo”, señaló Dozda.

 

Al mismo tiempo, destacó que la Ópera de Viena se encuentra en una buena situación económica y también de aceptación del público. “Se trata de crear una Ópera de Viena 4.0”, concluyó el ministro.

 

En total se habían presentado 18 candidatos para el cargo de la Ópera de Viena, una de las instituciones de música clásica más importantes del mundo.

 

Según la prensa austríaca, entre estos aspirantes había “pesos pesados” del mundo de la música y de la ópera como Alexander Pereira (Scala de Milán), Nikolaus Bachler (Ópera de Baviera), Andreas Homoki (Ópera de Zürich) o Peter de Caluwe (Ópera de Bruselas).

 

El propio Roscic reconoció hoy que su nombramiento “no era el más esperado” y destacó que asumir este cargo es “la decisión más importante” de su vida, ya que significa hacerse cargo de una de las instituciones culturales más importantes del mundo.

 

La ópera como género “ha perdido importancia y ya no constituye una evidente parte de nuestra socialización, ya no es uno de aquellos lugares de los que nos esperamos experiencias centrales”, advirtió el futuro director de la Ópera de Viena.

 

Una de las razones, según Roscic, es que la ópera se encuentra en fuerte competencia, como nunca antes en su historia, “por el dinero y el tiempo del público”, al tener que competir con musicales del Broadway y series de televisión.

 

La ópera ya no puede esperar “no tener que compararse con nadie”, agregó Roscic y destacó que en Nueva York, por ejemplo, una de cada dos butacas en la ópera está vacía en estos momentos.

 

La ópera necesita tener la fuerza para “conquistar al público” cada noche y el público de mañana necesita respuestas a preguntas como “qué significa ópera para mí?”, señaló el futuro director.

 

Por otra parte, Roscic adelantó que intentará captar nuevos fondos, no del Estado sino de la iniciativa privada, para impulsar la Ópera de Viena.

 

 

OR