El peso cerró la sesión con una baja de 0.64 por ciento o 13.22 centavos, al cotizar en alrededor de 20.77 pesos por dólar, en una sesión caracterizada por un fortalecimiento del dólar frente a sus principales cruces, informó Banco Base.
Ello, añadió, ante un regreso de las operaciones a los mercados financieros estadounidenses, a la par de buenos datos económicos, aunque de baja relevancia.
La confianza del consumidor del Conference Board subió durante diciembre a 113.7 puntos, por arriba de lo esperado y su nivel más alto desde agosto de 2001; el indicador manufacturero regional de la Reserva Federal (Fed) de Richmond indicó una expansión de la actividad durante diciembre al ubicarse en ocho puntos, también superando las expectativas.
No obstante, la depreciación del peso vino después de que la Secretaría de Hacienda publicó la metodología para la determinación de precios máximos de gasolinas y diésel, a la par de los precios máximos vigentes para enero de 2017.
De acuerdo con la dependencia, los nuevos precios dependerán de tres componentes: los precios de referencia internacional del combustible, los costos de transportación, internación, flete y distribución de Pemex y otros conceptos como impuestos (que no fueron modificados) y el margen comercial para estaciones de servicio.
A partir de enero y hasta el 3 de febrero, el precio por litro de la gasolina Magna será de 15.99 pesos, equivalente a un incremento de 14.2 por ciento, en tanto, el precio de la gasolina Premium incrementará 20.1 por ciento a 17.79 pesos y el precio del Diésel subirá 16.5 por ciento a 17.05 pesos por litro.
Debido a que los precios del petróleo podrían subir a niveles de 60 dólares por barril el próximo año, Banco Base prevé que el precio de la gasolina pueda subir hasta 30 por ciento, impactando directamente en un incremento de la inflación general de 1.28 por ciento, considerando solo los precios de gasolinas.
En este contexto, se espera que la inflación toque un máximo de 5.0 por ciento a mediados de 2017 y que luego regrese para terminar el año cerca de 4.3 por ciento, como consecuencia de una demanda agregada deprimida.
El grupo financiero destacó que existen otros factores que generan presiones inflacionarias, como la depreciación del peso mexicano que entre el mínimo y el máximo del año fue de 25.44 por ciento; el incremento al salario mínimo de 3.9 por ciento aplicable a partir de enero, así como incrementos a las tarifas eléctricas como ha ocurrido durante la segunda mitad de 2016.
Debido a que la gasolina es un insumo, el alza en el precio también afectará los precios de otros bienes finales; además, podrían presentarse efectos de segundo orden si las expectativas de inflación continúan elevándose a partir del siguiente año.
De igual forma, se espera que la inflación se mantenga por arriba del objetivo de Banco de México y su rango de oscilación máximo de 4.0 por ciento, lo que hace que el panorama para 2017 sea difícil sin llegar a ser desastroso.
En este panorama, bancos de la Ciudad de México ofrecieron el dólar hasta en 21.18 pesos, 11 centavos más respecto al pasado cierre, y lo compraron en un mínimo de 20 pesos