WASHINGTON. La Policía de Bentonville en Arkansas, EU pidió al gigante del comercio electrónico Amazon que entregue los datos de su altavoz inalámbrico “Echo” para ayudar a resolver un crimen, informaron hoy los medios locales.
Los investigadores del caso han logrado una orden judicial para exigir a Amazon que entregue el audio registrado por “Echo” como posible prueba para procesar al presunto asesino.
James Andrew Bates, el sospechoso del caso y dueño de ese dispositivo, ha sido acusado de asesinato en primer grado, después de que las autoridades hallaran a la víctima, Victor Collins, estrangulada y ahogado en su jacuzzi en noviembre de 2015.
“Amazon Echo”, también conocido como “Alexa”, es un asistente personal en forma de altavoz inalámbrico permanentemente conectado a Internet que capta sonidos y voces a través de un sistema de siete micrófonos incorporados y se activa a través de una palabra clave.
El dispositivo, además de responder a las órdenes habladas sobre búsquedas en Internet o la reproducción de música, transmite su audio a la nube, incluyendo una fracción de segundo de sonido antes de la palabra de alerta.
Sin embargo, la empresa estadunidense de comercio electrónico y servicios de computación en la nube rechazó entregar cualquier información registrada por “Amazon Echo” sobre el caso por cuestiones de privacidad.
“Amazon no divulgará información de nuestros clientes sin una demanda legal válida y vinculante debidamente notificada”, informó la compañía en un comunicado.
La Policía ha averiguado que, durante la noche del asesinato, se puso música que podría haber estado transmitida de forma inalámbrica usando el asistente “Alexa”, según la publicación especializada en tecnología The Information.
En su declaración jurada, Bates aseguró haber encontrado a Collins boca abajo en su jacuzzi cuando se despertó varias horas después de que el presunto asesino hubiera invitado a un amigo y a la víctima a ver un partido de fútbol americano en su casa.
Bates le dijo a los agentes que se fue a dormir a la una de la madrugada mientras dejó a la víctima con el otro amigo en el jacuzzi de su casa, aunque la esposa de este último corroboró que su marido dejó la vivienda media hora después de la medianoche.
El caso de “Echo” recuerda a la negativa de Apple a facilitar al Buró Federal de Investigación (FBI) el código de seguridad para desbloquear un iPhone usado por uno de los autores del tiroteo ocurrido en diciembre de 2015 en la ciudad californiana de San Bernardino, en el que murieron 14 personas y 22 resultaron heridas.
En ese caso, las autoridades lograron finalmente extraer la información del teléfono inteligente sin ayuda de Apple.
OR