NACIONES UNIDAS. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, termina su mandato de 10 años al frente del máximo organismo de la diplomacia internacional, con la aparente aspiración de convertirse en presidente de su país, Corea del Sur.
Luego de ocupar durante dos periodos consecutivos de cinco años la titularidad de la ONU, Ban se despidió este viernes de los empleados en la sede de este organismo en Nueva York, aunque muchos analistas opinan que el diplomático coreano permanecerá activo bajo los reflectores.
“Sólo tengo una palabra: Gracias. Gracias por su trabajo y por su compromiso, gracias por su liderazgo y humanidad. Han trabajado día y noche, y se los agradezco”, expresó Ban en una ceremonia ante empleados.
En su breve discurso, Ban recordó que su trabajo al frente de la ONU se enfocó en cuatro prioridades: promover el desarrollo sostenible; combatir el cambio climático; impulsar la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres; y reconocer el aporte social de la juventud.
Destacó además la importancia de proteger la dignidad y los derechos de la gente; así como de alzar la voz para defender a los grupos más vulnerables de la sociedad, a aquellos que a menudo no tienen cómo defenderse.
“Mi corazón siempre está con ustedes y Naciones Unidas. Nuestro mundo enfrenta muchos desafíos, pero nunca olviden esto: ésta es una era de grandes oportunidades. Aprovechen al máximo”, declaró Ban.
Horas antes, Ban se había reunido con periodistas de Corea del Sur, con quienes igualmente sostuvo una reunión la semana pasada, lo que refuerza la posibilidad de que el aún titular de la ONU considere competir por la presidencia de su país.
En una entrevista publicada la semana pasada por la revista Foreign Policy, Ban apuntó que estaba “considerando seriamente” competir por la presidencia de Corea del Sur bajo el argumento de que se siente obligado a liderar a su país en un momento de crisis.
La actual presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, enfrenta un juicio de destitución luego de haber sido involucrada en un escándalo de corrupción.
“Hay mucha gente que me pide que considere de manera positiva (competir en las elecciones) y trabajar para mi país. Debo comenzar a considerar seriamente la mejor manera en que puedo contribuir con mi país”, señaló Ban.
A su paso por la ONU, Ban deja un legado mixto para su sucesor, el ex primer ministro portugués Antonio Guterres, quien a partir del primer minuto del 1 de enero asumirá su cargo.
Ban deja la ONU luego de lograr el histórico Acuerdo de París sobre Cambio Climático, compuesto de una serie de compromisos nacionales para evitar que la temperatura global aumente más de dos grados centígrados durante este siglo.
Por otra parte, deja un oscuro legado en Haití, donde docenas de miles de personas han sido contagiadas por el cólera que cascos azules de la ONU introdujeron a ese país en 2010. Unas 10 mil personas han muerto a consecuencia de esa enfermedad.
La respuesta de la ONU, de acuerdo con relatores independientes asociados a este organismo, ha sido “moralmente injustificable”, al argumentar su inmunidad diplomática.
Recientemente Ban ofreció disculpas al pueblo haitiano y prometió un paquete de ayuda para que Haití enfrente el cólera y para, posiblemente, compensar a las víctimas de esta enfermedad. Los detalles de este plan aún no han sido definidos.
Como su último acto público en Nueva York, Ban participará mañana sábado como invitado especial en la ceremonia de Año Nuevo en la plaza de Times Square, donde accionará el botón para hacer descender la enorme esfera luminosa que celebra la llegada de 2017.