Río de Janeiro registró hoy la temperatura más alta de 2016, una máxima de 42,9 grados centígrados y sensación térmica de 47,3 grados centígrados, en el último día del año y precisamente cuando espera a cerca de dos millones de personas para su tradicional fiesta de Reveillon en la playa de Copacabana.
La mayor temperatura de este año fue medida este sábado en Guaratiba, barrio en la zona oeste de Río de Janeiro, y superó los 42,3 grados centígrados registrados en la misma región el pasado martes, que era hasta ahora el día más caliente del año.
Los registros de la última semana permiten prever que el verano austral, que comenzó el pasado 21 de diciembre y en el que Brasil espera recibir unos 2,3 millones de turistas extranjeros, será uno de los más calientes de los últimos años.
Las elevadas temperaturas, las fiestas de fin de año y el día festivo hicieron que las playas de la más turística de las ciudades brasileñas se llenaran de bañistas y turistas este sábado.
Los bañistas aprovecharon las aguas cristalinas que la ciudad viene disfrutando en los últimos días, en las que es posible ver hasta cardúmenes de peces, y pudieron ver los tradicionales rituales con que los fieles de las religiones afrobrasileñas despiden el año, con flores arrojadas al mar y velas encendidas en montículos en la arena en ofrendas a la diosa Iemanjá.
Los termómetros subieron a su máxima en el año a pocas horas del Reveillon, como es conocida la famosa fiesta de despedida del año de Río de Janeiro y que debe reunir esta noche en las arenas de Copacabana a unas dos millones de personas, entre las cuales 865.000 turistas.
La playa más emblemática de Brasil será iluminada con un espectáculo de doce minutos de fuegos de artificio y ofrecerá un concierto de diferentes músicos, entre los cuales la batería (orquesta de percusión) de Mangueira, la escuela de samba más popular de la ciudad y que conquistó el título del Carnaval carioca este año.