El profesor, escritor, semiólogo y comunicólogo italiano Umberto Eco habría cumplido mañana 85 años nació de una muy fructífera existencia, a lo largo de la cual legó al mundo espléndidos libros como “El nombre de la rosa”, “El péndulo de Foucault”, “El cementerio de Praga” o su “Tratado de semiótica general”.
Umberto Eco vio la primera luz en Alessandria, en la región de Piamonte, en Italia, y fue uno de los 13 hijos del matrimonio entre Giulio y Giovanna Eco.
Se presume que el apellido es acrónimo de “ex caelis oblatus”, que en latín significa “un regalo de los cielos”, que le fue dado a su abuelo (expósito) por un funcionario de la ciudad.
De acuerdo con sus biógrafos, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1944), Umberto y su madre se trasladaron a un pequeño pueblo de la montaña piamontés, su padre insistió en que estudiara Leyes, pero Eco entró a la Universidad de Turín para estudiar Filosofía y Literatura Medieval.
Tras terminar sus estudios en 1954, Eco se había apartado de la religión y perdido la fe en Dios, obteniendo su Doctorado con la tesis “El problema estético de Santo Tomás”.
De acuerdo con el portal “buscabiografias.com”, de 1962 a 1965 se convirtió en profesor agregado de Estética, primero en su casa de estudios y luego en las universidades de Milán y Florencia.
Según la página “biografiasyvidas.com”, en 1968 publicó su primera obra del campo de la semiótica: “La estructura ausente”, que después derivó en su obra más completa en la materia “Tratado de semiótica general” (1975); ese mismo año comenzó a ocupar el cargo como profesor de semiótica en la Universidad de Bolonia.
Años más tarde, en 1980 escribiría la novela policiaca “El nombre de la rosa”, que le daría fama mundial y que posteriormente sería llevada a la pantalla grande por el director Jean-Jacques Annaud.
En ella desarrolla una historia detectivesca en un monasterio en el año de 1327.
En 1988 escribió su obra “El péndulo de Foucault”, que narra las conspiraciones de una sociedad secreta de sabios, a pesar de que el relato fue traducido a varios idiomas y vendido en todo el mundo, éste no gozó del favor de los críticos ni de los lectores.
De acuerdo con la información de “elresumen.com”, en febrero de 2000 creó en Bolonia la Escuela Superior de Estudios Humanísticos que es conocida en Italia como la “Superescuela”, solo para licenciados de altísimo nivel que deseen difundir la cultura.
Umberto Eco fue Doctor Honoris Causa por 25 universidades de todo el mundo, como la Complutense en 1990, la de Tel Aviv en 1994 y la de Atennas en 1995, entre otras.
Posee numerosos premios y condecoraciones como el caballero de La Legión de Honor de Francia, el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2000) y la Medalla de Oro al Mérito de la cultura y el arte (1997), por mencionar algunos.
Eco perdió la lucha contra el cáncer y murió la noche del 19 de febrero de 2016 en su casa de Milán.
Sus restos fueron despedidos con un homenaje a pedido de sus familiares, en medio de un rito civil en el “Castello Sforzesco”, en el cual se exhibió su féretro.
En los últimos años del siglo XXI escribió libros como “El cementerio de Praga” (novela), pero también “La bustina de Minerva”, 2000; “Apostillas a ‘El nombre de la rosa’ y traducción de los textos latinos”, 2000; “El redescubrimiento de América, Península”, 2002.
Sobre literatura, “La historia de la belleza”, 2005; “La historia de la fealdad”, 2007; “A passo di gambero. Guerre calde e populismo mediático”, 2006; “A paso de cangrejo: artículos, reflexiones y decepciones”, 2000-2006; “Dire quasi la stessa cosa — Decir casi lo mismo. Experiencias de traducción, 2008.
“El vértigo de las listas”, 2009; “Cultura y semiótica”, 2009; “La nueva Edad Media”, 2010; “Nadie acabará con los libros”, con Jean Claude Carrière; 2010; “Confesiones de un joven novelista”, 2011; “Construir al enemigo”, 2013, e “Historia de las tierras y los lugares legendarios”, 2013.