Luego de un arranque muy flojo de parte de Green Bay en el Lambeau Field, la ofensiva comenzó a carburar en los últimos segundos del segundo período y a la postre los Empacadores se llevaron la victoria sobre unos Gigantes que cavaron su tumba ante varios errores.
Nueva York fue amo y señor del partido en el arranque del juego, pero no lo supo capitalizar, y lo terminó pagando muy caro, pues un Ave María de Rodgers dejó el marcador 14-6 a la hora de irse al descanso.
Con la moral por los suelos y el marcador en contra, los neoyorquinos regresaron al emparrillado para intentar una misión imposible: frenar a un ataque bien afinado y con un pasador preciso.
Packers contó con Rodgers, quien llegó a seis juegos de postemporada con tres o más pases de anotación y con dicha cifra, superó a Brett Favre por un juego. Sin duda fue una exhibición digna de una franquicia exitosa y acostumbrada a jugar por el boleto al Super Bowl.
Ya con el ataúd casi cerrado, los Giants se desconcentraron más y en una jugada que parecía pase incompleto, Clay Matthews se avivó y recuperó el ovoide.
Fue una victoria clara y contundente que catapultó a los Empacadores al ATT Stadium y se vislumbra uno de los mejores partidos del año para definir a uno de los finalistas en la Conferencia Nacional.
Con la fórmula
Aaron Rodgers y sus cuatro pases de anotación sobre los Gigantes en postemporada son una marca, ni un equipo en la historia había llegada a dicha cifra ante los perdedores de ayer en el duelo de comodines