Los Delfines de Miami no opusieron resistencia frente a unos Acereros que lucieron impresionantes a la ofensiva y su defensiva hizo recordar a la de inicios de los 90 con Dick LeBeau como coordinador. El triunfo de ayer despejó muchas dudas y su triplete demostró que tiene talento para llevar al equipo a la lucha de un séptimo Vince Lombardi.
El primer cuarto tuvo el guión perfecto para Pittsburgh: dos touchdowns de más de 50 yardas entre Roethlisberger y Brown, mientras que Bell corrió para más de 60 yardas. Miami llegó a postemporada de forma extraña, pues fue la defensiva 29 de la NFL, y ayer jugó con sus profundos suplentes.
Los primeros 10 envíos de Big Ben estuvieron completos y dos fueron de anotación con Brown. Cada jugada que era de pase, los aficionados de los Delfines se ponían a temblar, pues había muchos huecos en el perímetro y una nula capacidad de respuesta. Aunque por aire lucían imparables, por la vía terrestre no cambiaba mucho la situación, y con Bell obtenían casi seis yardas por jugada.
Lo ocurrido con Miami ayer fue un fiel reflejo de las ausencias por lesión. El quarterback titular, Ryan Tannehill, no jugó por una lesión en la rodilla izquierda y fue Matt Moore el comandante a la ofensiva, pero su labor distó mucho de la de un pasador competitivo en playoffs.
La defensiva de Steelers se encargó de hacerle ver su suerte a Miami. James Harrison capturó dos veces a Moore e, incluso, el corredor Ajayi chocó con Moore y provocó un balón perdido. En el arranque del tercer período, Acereros originó tres balones perdidos y los mismos fueron recuperados por los de negro.
Ahora los Steelers deberán viajar a Kansas para el juego divisional y los Chiefs tendrán que dar un juego perfecto si quieren clasificar a la final de la AFC.
Perfección ofensiva
Ben Roethlisberger se convirtió en el primer quarterback que tiene dos pases de anotación de 50 o más yardas en el primer cuarto de un juego de playoffs; ambos fueron con Antonio Brown. El pasador acabó con un rating perfecto de 158.3 en el período inicial