TAMPA. Todo estaba en su contra hasta que a falta de seis segundos para el final del partido los Tigers de Clemson completaron una remontada histórica que les permitió vencer por 35-31 a la Crimson Tide de Alabama en la gran final del fútbol americano universitario.
Un triunfo excepcional que le significó a los Tigers conseguir ganar la primera revancha de un partido que fue muy similar al original del año pasado, pero esta vez con un desenlace que pocos esperaban y más cuando Alabama estaba ya a segundos de asegurar la revalida del título.
Pero el mariscal de campo Deshaun Watson y todo el equipo de Clemson no tenían el mismo pensamiento y luchar de manera inteligente hasta que lograron lo que parecía un “imposible”, destronar a los campeones y convertirse en el primer equipo en derrotar a la dinastía de Alabama del entrenador en jefe Nick Saban en un Partido por el Título.
Watson encontró al receptor Hunter Renfrow con un pase de “touchdown” de 2 yardas con un segundo por jugar para dar a los Tigers su primer título nacional desde 1981, el segundo de su historia, que llegó un año después que Alabama ganó su cuarto campeonato bajo la dirección de Saban con un emocionante 45-40 en Arizona.
Pero esta vez, Clemson, cambió la historia final del partido al asegurar la victoria que le impidió a Alabama un quinto título sin precedentes en ocho temporadas.
La ventaja del partido cambió de manos cuatro veces en el último cuarto, pero Watson tuvo el balón al final y confirmó que iba a ser la gran figura y el protagonista del encuentro.
Lo hacía además a sabiendas que probablemente se tratase de su último partido como jugador universitario y quiso poner broche de oro a su brillante carrera universitaria al completar 36 de 56 pases para 420 yardas y tres envíos de anotación.
El entrenador en jefe Dabo Swinney, un exjugador de Alabama, había construido un programa de elite en Clemson al que sólo le faltaba una cosa, un título nacional, y ahora los Tigers han cumplido todas sus expectativas.
Los Tigers, que habían estado abajo los tres primeros cuartos del partido, tomaron la ventaja 28-24 con 4:38 por jugar en el último periodo cuando el corredor Wayne Gallman anotó con acarreo de una yarda.
La ofensiva del Tide, que fue ineficaz la mayor parte de la segunda mitad, especialmente en los momentos decisivos, resurgió con la ayuda de una gran llamada del recién promovido coordinador ofensivo Steve Sarkisian.
El receptor ArDarius Stewart tomó un pase retrasado del mariscal de campo Jalen Hurts de Alabama y lanzó un pase de 24 yardas al ala cerrada O.J. Howard en el tercer periodo para poner un parcial de 14-24 a favor de los todavía campeones nacionales.
Todo parecía que marchaba de nuevo a favor de Alamba que bajo la dirección de Saban solo habían perdido tres partidos de 106 disputados cuando en la primera parte tenían ventaja de 14 tantos.
Luego llegaría la reacción de Clemson con las anotaciones del receptor Mike Williams, que recibió pase de cuatro yardas de Watson para el parcial de 21-24 y le siguió la anotación de Gallman para el 28-24.
Alabama reaccionó con la jugada en la que Hurts se escapó por tierra 30 yardas y anotó para poner el juego 31-28 con 2:07 por jugar.
El mariscal de Alabama, que completó 13 de 31 pases para 131 yardas y un envío de anotación, protagonizó la jugada que el equipo necesitaba con su juego ofensivo.
Pero quedaba mucho tiempo en el reloj para que un inspirado y estelar Watson hiciese dos conexiones brillantes con Williams y el ala cerrada Jordan Leggett con grandes recepciones y grandes ganancias para conseguir un primero y gol que les permitiese avanzar hacia la línea de protección de Alabama.
Una interferencia de pase contra Alabama colocó el primero y gol en la yarda 2 con seis segundos por jugar.
Tiempo para una jugada más para evitar un gol de campo para empatar el juego y obligar el tiempo extra.
Sin embargo, Renfrow se alejó del defensivo en la línea de gol y estaba solo para un envío sencillo. Fue la segunda recepción de “touchdown” de la noche para Renfrow, sumándose a las dos que tuvo la temporada pasada contra Alabama, lo que lo convirtió también en verdugo del gran favorito al título.
Esta vez no llegó porque los Tigers frenaron la racha de 26 victorias consecutivas de Alabama y vencieron a un equipo clasificado número uno por primera vez en su historia, que le ha permitido no sólo conseguir un título nacional sino también consolidar su programa de fútbol americano dentro de la elite universitaria de Estados Unidos.