El discurso del secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Carlos Aceves del Olmo, en el que advierte que han cambiado los tiempos en los que se hacía “lo que el presidente decía”, fue interpretado por analistas como un “claro rompimiento” del sector obrero con el mandatario federal y el PRI.
El lunes, durante la firma del Acuerdo por el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, Aceves del Olmo afirmó que en tiempos del viejo priismo se suscribían compromisos al estilo “sí señor Presidente, lo que usted diga señor Presidente”, no obstante advirtió que es momento de cambiar la forma de implementar políticas públicas.
“Cuando yo digo que no dijéramos ‘lo que usted diga señor presidente’, lo estoy diciendo en serio, porque muchos de los que estamos aquí en los últimos cuatro años nos hemos dedicado a defender un liderazgo nacional de Enrique Peña Nieto y no queremos que se den cosas como se daban o como se usaban, hoy tenemos que tomar determinaciones que nos den resultados”, advirtió.
Ante ello, el analista político y catedrático de la UNAM, Édgar Ortiz Arellano, sostuvo que el discurso del priista revela una fractura entre el presidente y la central obrera que, consideró, busca legitimarse ante sus trabajadores y la sociedad en general.
“La CTM junto con otras centrales obreras siempre habían sido incondicionales al presidente, pero con este discurso vemos ahora qué hay un rompimiento y parece que la lectura es que les ha dejado mucho que desear el comportamiento del Presidente y de sus colaboradores (…) es una forma de recuperar legitimidad ante la opinión pública al rebelarse al Presidente de la República como nunca antes se había visto en la historia. El hecho de que le digan que los tiempos han cambiado es una señal de focos rojos para el Presidente en su autoridad y en su liderazgo”, advirtió.
Además, el politólogo consideró que las declaraciones del líder de la CTM demuestran que “el estado mexicano está perdiendo autonomía relativa con respecto a la clase dominante, pues tenía su base en las estructuraste obreras y campesinas, además de un control férreo de los sindicatos, que ahora han demostrado que ya no están bajo ese control”.