Unos y otros se preguntan: ¿por qué se tardó tanto Enrique Peña Nieto en responder? ¿Por qué siguió de vacaciones cuando en el país se desataban las protestas y la violencia por el aumento en las gasolinas? ¿Por qué no previó su gobierno la reacción de la gente –ya de por sí enojada– por el gasolinazo?
¿Acaso el Presidente no estaba enterado de lo que sucedía? ¿El secretario de Gobernación no le informaba de la ola de protestas que aumentaba día con día?
¿Nadie le pasaba a Peña Nieto las tarjetas de la Comisión Nacional de Seguridad que en los primeros seis días del aumento en los precios de los combustibles contabilizaba 192 manifestaciones en el país, 196 bloqueos, 88 saqueos, 27 tomas de gasolineras, nueve bloqueos en terminales de almacenamiento?
Bueno, pues ocurre que sí. Que el Presidente estaba informado de todo lo que sucedía. Que Miguel Ángel Osorio Chong hablaba con él todos los días. Y no sólo una vez, sino varias veces durante el día.
Pero no sólo eso. Desde antes de que se tomara la decisión del aumento –y de que éste se anunciara–, desde el área política se advirtió lo que podría sobrevenir.
¿Qué pasó entonces?
Pues que desde un principio se desestimaron las advertencias. No se tomaron en cuenta las opiniones desde la perspectiva política y social.
“Fue una decisión meramente técnica”, aducen. “No quisieron ver, ni oír, ninguna otra argumentación” al respecto. “Vaya, ni siquiera puede decirse que los tecnócratas se impusieron, porque a Osorio ni lo consideraron”, afirma gente cercana a la toma de decisiones.
Desde su perspectiva, lo que provocó la imagen de “insensibilidad” por parte del gobierno –y del propio Peña Nieto– ante el enojo de la población es “la sucesión adelantada” que se está dando en el gabinete.
La confrontación que existe entre Luis Videgaray y Osorio Chong (y sus respectivos aliados y grupos) es lo que hace que prácticamente ni unos ni otros se tomen en cuenta, que cada grupo jale por su lado. Que si se trata de una cuestión técnica, como el alza de los combustibles, no pase por el tamiz político. Y así.
En pocas palabras, describen, el gobierno está trabajando con un gabinete “quebrado” por la sucesión presidencial.
Mapa del saqueo.- El Estado de México es la entidad que mayormente ha padecido las protestas y la violencia derivadas del alza en los combustibles: 62 saqueos, 48 bloqueos, 29 manifestaciones y ocho tomas de gasolineras son las cifras que recoge la Comisión Nacional de Seguridad para esa entidad, tan sólo del 31 de diciembre al amanecer del 6 de enero (más lo que se acumule, verdad).
Le sigue, en saqueos, la Ciudad de México, con 11; Veracruz, con ocho; e Hidalgo, con dos.
En bloqueos, tras el Edomex aparece Hidalgo, con 19; le siguen Chihuahua y la Ciudad de México, con 17; Morelos, con 16; Oaxaca, con 12; Veracruz y Michoacán, con 11; y Baja California, con 10.
Por lo que hace al bloqueo en terminales de almacenamiento, Baja California asoma con dos; y Chihuahua, Durango, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Sonora y Veracruz figuran con uno.
En cuanto a manifestaciones, la Ciudad de México se las lleva de todas, todas: 61 (más las que siguen día con día).
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