Alumnos, profesores y administrativos de la facultad, en conjunto con la asociación civil “Techo” llevaron a cabo una kermés, para recolectar fondos y víveres tras los terremotos de septiembre.

BRUSELAS. Reino Unido baraja la imposición de una tasa a las empresas que recluten trabajadores de países de la Unión Europea una vez ejecutado el Brexit

 
En una comparecencia ante el llamado subcomité parlamentario de Asuntos Exteriores de la UE, el secretario de Estado de Inmigración, Robert Goodwill, planteó la posibilidad de aplicar un sistema similar al que deberán acatar las compañías a partir del próximo abril, cuando tendrán que pagar mil libras por cada empleado extra comunitario contratado.

 

Goodwill señaló además que el Ejecutivo sopesa la idea de poner en práctica un programa destinado a contratar, por periodos limitados de tiempo, a temporeros para trabajar en el sector agrícola, como, por ejemplo, recolectores de fruta.

 

La tasa de mil libras se aplica actualmente “a los no comunitarios”, según dijo el político, que sugirió que el Gobierno podría estudiar la introducción de una medida similar en el caso de los contratados procedentes de la UE, aunque matizó que es precisó no “especular” hasta que se conozca cuál será el acuerdo final.

 

 

La libre circulación de trabajadores en la UE se percibe como un factor clave en las negociaciones entre Londres y Bruselas para consumar la separación de este país del bloque común, si bien aún no se ha detallado cómo se regulará el sistema de inmigración una vez finalizado el Brexit.

 

 

Preguntada sobre esas controvertidas declaraciones, una portavoz de la primera ministra, Theresa May, apuntó que “hay varias opciones que podrían ser consideradas” con relación al control de la inmigración.

 

 

Las declaraciones del secretario de Estado suscitaron un aluvión de críticas, el director general de la Cámara de Comercio británica, Adam Marshall, apuntó que “implementar esta medida sería perjudicial para las compañías a nivel individual y para el crecimiento en general, pues haría que el Reino Unido fuera menos atractivo tanto para la inversión como para el talento”.