La ilusión de llegar al Super Bowl LI terminó el pasado fin de semana para los equipos de los Cowboys de Dallas, Seahawks de Seattle, Chiefs de Kansas City y Texans de Houston, que fueron eliminados en los respectivos partidos de las series divisionales de Conferencia que disputaron.
Mientras que la eliminación de los Texans de Houston se había dado por hecha en su duelo contra los Patriots de Nueva Inglaterra, la de los otros tres rompieron los pronósticos y el mundo de las apuestas, especialmente la sufrida por los Cowboys (13-3), mejor marca en la Conferencia Nacional (NFC).
Pero como se esperaba, tras quedar exentos de disputar la primera ronda de los playoffs, la de comodines, el duelo con los Packers de Green Bay sería su gran prueba de fuego, que al final no pudieron superar al perder en su campo del AT&T Stadium por 31-34.
A pesar de la eliminación, entre los directivos y jugadores de los Cowboys, que ya han comenzado a pensar en la próxima temporada, existe el convencimiento que el futuro será brillante y más después de lo logrado con los novatos revelación el mariscal de campo Dak Prescott y el corredor Ezekiel Elliott.
Ambos, después de una temporada brillante y triunfal, les tocó vivir la dura experiencia de quedar eliminados de los playoffs como anteriormente les había sucedido a los veteranos estelares, el mariscal de campo Tony Romo, cuyo futuro dentro del equipo todavía no está definido, y el ala cerrada Jason Witten.
Prescott y Elliott se unieron al grupo de jugadores de los Cowboys que durante 21 años no han podido llegar al Super Bowl después que el equipo tiene en su poder cinto títulos de campeones y este año se presentaban como uno de los grandes favoritos a estar en el partido que se va a disputar en el NRG Stadium de Houston, el próximo 5 de febrero.
Ahora, dependerá de los jóvenes astros como Prescott y Elliott que los Cowboys puedan romper la racha de ausencia del Super Bowl y con su presencia existe el convencimiento que el futuro será brillante.
“Fue una oportunidad perdida, porque este equipo no volverá a estar junto, no el mismo equipo, no exactamente con los mismos hombres”, reconoció Prescott, primer mariscal de campo novato en lanzar tres pases de anotación en un duelo de playoffs desde que se instituyó el Super Bowl.
Se trata de un logro más entre los muchos que tuvo Prescott en su primera temporada. Elliott brilló también, como el corredor con más yardas en la campaña.
“Para la gente que sí seguirá en esta organización, la juventud que hay en el equipo es una piedra angular”, añadió Prescott. “Vamos a mejorar a partir de esto. Vamos a llegar muchas más veces”.
Los Cowboys padecieron la misma situación que se presentó en 2007, cuando fueron primeros de la NFC con marca de 13-3, descansaron y luego perdieron ante los Giants de Nueva York.
La eliminación ante los Packers fue la quinta seguida de los Cowboyns en la ronda divisional. La racha comenzó en 1996, una temporada después habían ganado el Super Bowl por última vez.
Pero quizás la situación sea más parecida a la de 1991, cuando los Cowboys sucumbieron ante los Lions de Detroit en la misma ronda y ratificaron que necesitaban a un jugador capaz de presionar a los pasadores contrarios.
Charles Haley llegó para ayudar a que Dallas conquistara el Super Bowl tres veces en cuatro años.
La defensa de los Cowboys cumplió una tarea apenas aceptable en esta temporada. En cambio, el ataque brilló, con una de las mejores líneas ofensivas de la NFL.
Los Cowboys no pudieron frenar al pasador estelar Aaron Rodgers, tal como les ocurrió hace un par de años, cuando tenían también un enfoque ofensivo y perdieron el encuentro divisional de visitantes en Green Bay.
“Me siento optimista de cara corto plazo porque siento que tenemos un equipo más formado que los que establecimos a partir del 2007”, declaró el dueño y gerente general Jerry Jones. “No creo que esté pecando de optimista”.
Pero lo que también tiene claro es que necesitará reforzar la defensa si quiere que al final el ataque brillante que poseen con Prescott y Elliott les pueda llevar al Super Bowl.
Mientras que los Seahawks admitieron que las lesiones de jugadores claves en defensa fue la causa que les impidió superar la prueba ante los Falcons de Atlanta, una máquina de hacer puntos con su mariscal de campo estelar Matt Ryan.
Por su parte, los Chiefs lograron mejorar muchísimo su plantilla de cara a luchar por estar en el Super Bowl, pero les faltó definición en su ataque en los momentos decisivos del duelo ante la defensa de los Steelers de Pittsburgh, y eso les costó la eliminación.
Los Texans, de los cuatro equipos eliminados, son los que tendrán que hacer más inversión en el juego ofensivo, donde el mariscal de campo Brock Osweiler no respondió como se esperaba y es toda una incógnita de cara al futuro, a pesar que tiene contrato multimillonario por tres temporadas más.
Sin embargo, la gran defensa que poseen los Texans les permite pensar también con optimismo de cara al futuro y más cuando recuperen en plenitud al ala defensiva estelar J.J. Watt que tras pasar dos veces por el quirófano se perdió al final la mayor parte de la pasada temporada.
OR