LONDRES. El Tribunal Supremo británico informó hoy de que divulgará el próximo martes 24 su dictamen sobre si el Gobierno de Theresa May puede activar el decisivo artículo 50, que iniciará el proceso del “brexit”, sin el permiso del Parlamento.
El Supremo, máxima instancia judicial británica, atendió el pasado diciembre el recurso presentado por el Gobierno contra un fallo de un tribunal inferior, que estableció que solo el Parlamento tiene la potestad para autorizar si se activa ese artículo.
Según los medios británicos, todo parece indicar que los jueces del Supremo dictaminarán que los diputados deberán ser consultados para iniciar el proceso por el que el Reino Unido saldrá de la Unión Europea (UE).
El pasado noviembre, el Tribunal Superior falló en favor de la empresaria Gina Miller, quien, en representación de un grupo de ciudadanos, acudió ante la Justicia para defender que May no puede invocar el artículo sin una votación previa de los diputados.
En diciembre, los once jueces del Tribunal Supremo -una cantidad récord para un caso de apelación- escucharon los argumentos de las dos partes y ahora deberán comunicar si dan la razón a la corte inferior o al Gobierno, en un caso histórico.
Incluso si el Ejecutivo pierde esta apelación, la conservadora May no tendrá al parecer dificultades para que el Parlamento apruebe la legislación para activar el artículo 50, ya que se espera que los diputados respeten la voluntad de los británicos expresada en el plebiscito.
El Ejecutivo ha indicado que, de perder el fallo, presentará una norma legislativa muy breve sobre el artículo 50 a fin de agilizar el trámite parlamentario.
La primera ministra británica ha señalado que comunicará a Bruselas la decisión del Reino Unido de salir de la UE antes de finales del próximo marzo, por lo que el país puede estar fuera del bloque en la primavera de 2019.
La “premier” desveló ayer las líneas principales de sus futuras negociación con Bruselas y confirmó su intención de sacar al Reino Unido del mercado único europeo para que el país no esté sujeto a la legislación comunitaria y poder controlar la inmigración.
Los británicos votaron en un referéndum celebrado el 23 de junio del año pasado a favor de salir de la UE, por un 52 % a favor frente a un 48 % en contra.