WASHINGTON. El Senado de Estados Unidos confirmó hoy el nombramiento del general retirado James Mattis como nuevo secretario de Defensa, el primer miembro del gabinete del nuevo presidente Donald Trump en recibir la luz verde.
Mattis, de 66 años, es el primer militar retirado en liderar el Pentágono en 65 años y su nombramiento rompe con la tradición estadounidense del control civil de las Fuerzas Armadas.
Pocas horas antes del anuncio de su confirmación, Trump firmó la exención legislativa -aprobada por el Senado- a la ley que prohíbe que un militar retirado hace menos de siete años, como es el caso de Mattis, sea nombrado para liderar el Departamento de Defensa.
En su audiencia de confirmación en el Senado el pasado 12 de enero, el veterano militar, apodado “Perro Loco”, se mostró crítico con la actitud de Rusia en el mundo y alertó sobre el riesgo de que EU pierda influencia si no mantiene unas Fuerzas Armadas fuertes.
Mattis, considerado tanto por demócratas como republicanos un militar de gran valía capaz de oponerse a Trump si es necesario, se desmarcó varias veces en la audiencia de las ideas expuestas en el pasado por el nuevo presidente sobre seguridad y defensa.
El veterano general de cuatro estrellas de la Infantería de Marina dijo que el orden mundial establecido por Estados Unidos durante más de medio siglo está ante “su mayor amenaza desde la II Guerra Mundial por parte de Rusia, el terrorismo y el comportamiento de China en el Mar de China Meridional”.
Pese a abogar por “ganar nuevos aliados” en todo el mundo, aseguró que la Rusia del presidente Vladímir Putin quiere “romper la Alianza Atlántica” de la OTAN, mientras que Washington necesita “gestionar” mejor la emergencia de China, para lo cual se debe poner el acento en la disuasión militar, pero también en el “diálogo”.
Al veterano militar le persiguen comentarios polémicos y muchos analistas temen que su tendencia a hablar demasiado claro pueda causarle problemas como secretario de Defensa.
Mattis es el primer militar de carrera en ocupar el cargo de secretario de Defensa desde 1951, cuando lo fue el general George Marshall bajo la presidencia de Harry Truman.
En 2010 alcanzó la cúspide de su carrera militar al ser nombrado jefe del Mando Central, encargado de las operaciones en Oriente Medio, en reemplazo del general David Petraeus.
Como jefe del Mando Central, “Perro Loco” dedicó gran parte de sus esfuerzos a Irán, país al que ve como principal amenaza para la estabilidad de la región, por encima de organizaciones terroristas como el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda.
Fue precisamente esa obstinación con Irán lo que presuntamente le costó el puesto en 2013, cuando fue forzado a retirarse por tensiones con el Gobierno del expresidente Barack Obama, aunque en la actualidad ha dicho que respalda el acuerdo nuclear.
Una vez retirado, Mattis declaró ante el Congreso que la estrategia de Obama de salir de la región había contribuido al fortalecimiento del extremismo, unas opiniones que llamaron la atención de Trump.