Parece no quedarse en un mero discurso. Ya antes de asumir como Presidente, empezó a extorsionar a las fábricas estadunidenses de automóviles que operan en México. La extorsión fue pública: “O vienen a fabricar aquí o les confisco las ganancias poniéndoles un arancel de 35% para los autos que hagan en México”. Y ayer Donald Trump anunció que comenzará a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

“Nos reuniremos con el primer ministro de Canadá [Justin Trudeau] y con el presidente de México (Enrique Peña Nieto) y comenzaremos las negociaciones relacionadas con el TLCAN”, dijo durante un acto en la Casa Blanca.

 

 
Trump recibirá a su par mexicano el 31 de enero. Por el momento no hay fecha para su encuentro con el jefe de Gobierno canadiense, pero se espera que sea “pronto”.

 

 
En vigor desde enero de 1994, el TLCAN agrupa en una amplia zona de libre comercio a Estados Unidos, México y Canadá, y ha sido uno de los blancos predilectos de Trump durante la campaña electoral: lo responsabiliza de un éxodo de empleos estadounidenses hacia México.

 

 
La nueva administración republicana ya advirtió que EU abandonaría el TLCAN si sus socios se oponían a una negociación “que aporte a los trabajadores estadounidenses un acuerdo equitativo”.

 

 
Según los estatutos del Tratado, cuando una de las partes notifica a las otras su intención de retirarse se abre un periodo de 180 días para comenzar nuevas negociaciones. Si no se alcanza un nuevo acuerdo, el antiguo se disuelve.