El ex delantero mexicano Jared Borgetti, quien estuvo activo entre 1993 y 2010, advirtió de que a medio plazo el fútbol mexicano se quedará sin delanteros ante la llegada de demasiados puntas extranjeros al balompié local.
Dijo que en el fútbol mexicano las oportunidades se abren más fácilmente para los foráneos que para los locales y eso provocará que la selección mexicana sufra en esa posición, que por ahora está cubierta con Javier “Chicharito” Hernández, Raúl Jiménez y Jesús Corona, los tres en el fútbol de Europa.
“En cuatro o cinco años no va a haber delanteros mexicanos. Ahora estamos bien, por así decirlo, pero en un rato más se van acabar”, dijo Borgetti en entrevista con Efe.
Recordó que por ahora esos jugadores son la base de la selección, pero cuando se acabe su vida futbolística, “¿a quiénes vas a meter? Se acaba Hernández, Jiménez u Oribe Peralta”, advirtió.
El actual analista de ESPN señaló que luego vendrán las preguntas de por qué el jugador mexicano no avanza, o por qué no se hace mejor papel en un Mundial o por qué se le complica la clasificación.
“La única razón es que al final vamos a terminar jugando solo con extranjeros en la selección”, apuntó.
Dijo que los jugadores mexicanos, en especial los delanteros, juegan en desventaja ante los extranjeros y en buena medida tienen la culpa los directivos, quienes, opinó, han metido a los equipos mexicanos en la lógica mundial que impera en el fútbol y que privilegia el dinero y la forma más rápida de ser campeón.
“(En México) como en todo el mundo, en el fútbol se ha vuelto más importante ver quién tiene más dinero y cómo puedes ser campeón lo más rápido posible, y la forma más rápida es comprando jugadores ya hechos”, remarcó.
Recordó que hay países que producen más jugadores, como es el caso de Argentina, que para el actual Clausura colocó a 68 representantes en México, pero el balompié mexicano solo tiene fuerzas básicas como requisito.
Dijo que los dueños de los equipos les exigen a los técnicos el título y estos no juegan con futbolistas locales e inexpertos, sino que piden a determinados jugadores de probada experiencia “y como hay dinero lo compran y el joven mexicano lo tiene relegado pero no piensan en él como potencial figura”.
En México, desde el pasado Apertura 2016, se aplica la regla 10/8 que permite que cada equipo convoque para un partido a 10 extranjeros, incluidos los que tengan ciudadanía mexicana, y a 8 mexicanos, lo que ha repercutido en contra de los locales.
La norma hasta la temporada 2015-2016 permitía a los equipos registrar por partido a cinco extranjeros, los cuales podían jugar al mismo tiempo, y el resto de los lugares correspondía a mexicanos, por nacimiento o por naturalización.