Al cierre del tercer trimestre de 2016, el gasto promedio de los usuarios móviles en prepago asciende a tres mil 38 pesos, mientras que en postpago fue de mil 751 pesos por su equipo, es decir, los primeros gastan 42.4% más en sus equipos frente a los segundos.
De acuerdo a la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU), el promedio de los mexicanos en smartphones alcanzó los dos mil 889 pesos. No obstante, al desagregar el gasto por modalidad de pago se identifican las diferencias mencionados significativas en el gasto de los equipos.

 
“La diferencia en precios que los clientes del servicio de prepago responde a una dinámica de subsidio de la que se benefician los usuarios de postpago; este subsidio responde a dos razones: el menor riesgo que asumen los operadores al financiar a una persona con un respaldo bancario y al continuo y mayor gasto en servicios en el que incurren las personas en el esquema de servicio por contrato”.

 
No obstante, a esta diferenciación en el consumo de servicios y equipos móviles, la creciente e incesante adopción de smartphones ha producido un círculo virtuoso que aumenta el potencial de consumo y gasto en servicios y aplicaciones móviles en beneficio de los operadores en términos de ingresos, pero sobre todo de los usuarios que pueden aprovecharse de los beneficios de la conectividad móvil.

 
La asequibilidad de los dispositivos inteligentes ha detonado el desarrollo de nuevos proyectos de inversión en redes e infraestructura, una mayor adopción de estos equipos vuelve relevante y necesario la licitación de bandas para servicios de 4G-LTE e incluso 5G en los próximos años.
El acceso a los beneficios de nuevas tecnologías y aplicaciones móviles es posible únicamente a través de dispositivos inteligentes o smartphones; en este sentido, una mayor adopción de estos equipos es benéfica tanto para los usuarios mexicanos como para los proveedores de servicios.