El diario español El País publicó una editorial en la que propone un apoyo de la comunidad iberoamericana hacia México tras los ataques del presidente de Estados Unidos Donald Trump.

 

Asegura que la cancelación por parte del presidente Enrique Peña Nieto, de su visita a Estados Unidos, es la única respuesta lógica ante la agresividad que el presidente Trump viene manifestando contra México y los mexicanos, a quienes ha acusado en repetidas ocasiones de ladrones y criminales.

 

De acuerdo con el diario, muchos esperaban que la retórica de Trump pasara a un segundo plano una vez conquistada la Casa Blanca, como suele ocurrir en política, un proceso de ajuste entre las promesas de campaña y las limitaciones impuestas por la realidad. Sin embargo, entre los que pensaban eso, como el propio Peña Nieto, ignoraron las abundantes señales de que Trump no era un candidato normal y prefirieron optar por una visión benigna y apaciguadora.

 

“Y es que no ha hecho falta ni una semana a la toma de posesión de Trump para que confirme su voluntad de poner en marcha el núcleo duro de sus promesas relacionadas con lo que eufemísticamente se denomina control de la inmigración y las fronteras y que en realidad ampara una agenda racista y xenófoba de la cual México está siendo su primera víctima”.

 

Señala que la construcción del muro, que pretende hacer que nuestro país pague; la amenaza de arancerles a las exportaciones; las presiones a las empresas estadunidenses para evitar inversiones en México; las amenazas de deportaciones cosntituyen, una agresión en toda regla a México.

 

“Trump ha comenzado una presidencia que dice querer dedicar a restaurar la grandeza de su país, humillando repetidas veces a su vecino, más débil y más pobre, y amenazándole con una serie de acciones que sin duda provocarán grandes dificultades a los mexicanos”, afirma el diario.

 

Afortunadamente, señala, los ciudadanos de México no están solos en esta difícil situación. Los alcaldes de las ciudades más importantes de EU, secundados por millones de estadounidenses de bien, han manifestado su intención de no colaborar con la política de deportaciones de Trump, incluso si ello significa ser privados de fondos federales.

 

Aunque quiera, “México no podrá defenderse solo de la agresividad de un Trump cuya trayectoria vital está marcada por el peor matonismo político y empresarial. Por eso falta una voz alta y clara en defensa de México por parte tanto de Europa como, sobre todo, de la comunidad iberoamericana de naciones. Porque si todos esos foros regionales y sistema de cumbres que nos unen a México no sirven para hacer patente la solidaridad con ese país, cabe preguntarse entonces para qué sirven”.