Vida y rostros de habitantes de las comunidades de descendientes africanos en la costa suroeste de México fueron plasmados en la colección fotográfica: “Lo de Candela: afrodescendientes en la Costa Chica de Guerrero, Oaxaca, México” que abrirá el próximo 1 de febrero el Museo Nacional de las Culturas.
Paulina García Hubard, José Luis Martínez Maldonado y Antonio Saavedra capturaron la esencia de estos pobladores a través de su lente, en busca de explicar la llegada de la comunidad africana a los estados de Guerrero y Oaxaca, así como de contribuir a erradicar la discriminación y el racismo hacia ellos.
La muestra también sirve como ventana para denunciar la situación de pobreza y marginación de la localidad Lo De Candela, ubicada en el municipio de Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, y como un acercamiento a los casos de discriminación en las comunidades de la Costa Chica de Guerrero.
De acuerdo con información del recinto adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), durante el período virreinal miles de personas provenientes de África Occidental y Central arribaron a México a través de los puertos de Veracruz, Acapulco y Campeche y se convirtieron mano de obra esclavizada de las industrias minera, azucarera y ganadera.
Al consumarse la Independencia se declaró la abolición de la esclavitud pero en la práctica resultó más tardado, ya que en el siglo XIX aún quedaban rastros de esta actividad.
Además, el nacionalismo mexicano dio prioridad a los mestizos e hizo a un lado a la población afrodescendiente.
Las costas del Golfo y el sur mexicano fueron habitadas por estos últimos, en consecuencia los rasgos físicos y la organización social proveniente de África se arraigó en estas regiones.
“Todavía se observa en la Costa Chica fenotipos y el uso de casas habitación conocidas como “redondos”, actualmente casi en extinción”, comentaron los fotógrafos y también curadores de la exposición.
También destacaron la conformación de expresiones culturales, el lenguaje y las costumbres entrelazadas, como ritmo, narración y tradición oral, música y bailes; ejemplo de ello son Los Juegos de los Diablos durante la conmemoración de Día de Muertos.
Actualmente se estima que existe más de un millón de 381 mil mexicanos que se consideran afrodescendientes y representan el 1.2 por ciento de la población total del país. De ellos, el 10 por ciento son niños nacidos con afrodescendencia en los estados de Guerrero y Oaxaca.
Estos pequeños no cuentan con el registro natal así que no podrán ingresar a derechos como salud y educación en el futuro, reconoció la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el “Estudio Especial sobre la situación de la población afrodescendiente en México 2016”.
Paulina García Hubard estudió en la Escuela Activa de Fotografía en la Ciudad de México y realizó una maestría en la Universidad de Guildahall, de Londres. Expuso sus imágenes en 2011 en las Rejas de Chapultepec, con el título “Abriendo los ojos de las Personas Afrodescendientes”.
Por su parte, José Luis Martínez Maldonado tiene la maestría en Artes Visuales por la Academia de San Carlos y Antonio Saavedra, fotógrafo por el Centro de Artes Digitales, han participado en los Encuentros de Pueblos Negros y en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, respectivamente.
OR