La admiración que padre e hija se profesan es tan grande como la fascinación que Pablo Milanés siente por Haydée como artista.
Siendo una niña, el famoso trovador le escribió la canción Son para despertar a una negrita, pieza que grabó en 1993 y que fue resultado del reclamo que la infante, celosa, le hizo a su padre, tras escuchar que éste le componía canciones a su madre o a la revolución cubana. El gesto fue correspondido con Cuídate, una pieza que la joven aún no ha grabado en un álbum, pero que tiene planeado hacer posteriormente.
Ahora, ambos cumplen el sueño de unir sus voces en el disco Amor, Haydée a dúo con Pablo Milanés, un álbum en el que la intérprete rindió un sentido homenaje a su progenitor y a su obra musical, la misma que ha deleitado a varias generaciones de adeptos a la música latinoamericana y que los traerá de regreso al país para ofrecer un concierto el 31 de marzo en el Plaza Condesa de la CDMX.
“Puedo decir que fue una absoluta sorpresa para mí cuando ella me anunció que había hecho arreglos de mis canciones para grabar un disco”, cuenta Pablo Milanés a 24 HORAS, en una entrevista telefónica desde su casa en Cuba.
“Haydée tiene una musicalidad desde niña y ella encaminó sola ese talento”, añadió el autor de temas como Yolanda y El amor de mi vida. A diferencia de su padre, la cantante apostó por un estilo más enfocado al jazz, el bolero y la bossa nova, estilo del que Pablo se dice total admirador.
“Para mí, fue muy importante, desde que empecé en el camino de la música, poder encontrar un estilo propio. Pienso que esa es una de las cosas más importantes que debe lograr un artista, un canto propio y creo que lo he logrado, modestia aparte”, señaló Haydée en una entrevista realizada en la capital mexicana, durante la visita que la cantante realizó esta semana para promover el lanzamiento en México de Amor, Haydée a dúo con Pablo Milanés, el 17 de febrero próximo.
Cuando Haydée comenzó de forma profesional en la música, dos décadas atrás, la intérprete quiso renunciar al apellido de su padre, decisión que Pablo Milanés respetó y aplaudió.
“Claro que eso significó renunciar un tiempo a cantar las canciones de mi padre, porque quería experimentar con otros autores”, dijo la artista.
“Realmente me siento muy orgullosa de mi apellido, pero reconozco, y confirmo, con este disco, que con mi padre tengo las más grandes influencias, independientemente de lo que escuché, esa raíz sigue siendo él”, concluyó la compositora de 36 años.