Canadá reconoce la importancia del arte musulmán a través del Museo Aga Khan, en Toronto, que muestra la herencia artística, intelectual y científica de las civilizaciones musulmanas a través de los siglos, desde la Península Ibérica hasta China.
Este museo, que lleva el nombre del líder espiritual de los musulmanes ismaelitas, amigo cercano de la familia Trudeau, abrió sus puertas el 18 de septiembre de 2014.
Su colección permanente incluye más de mil piezas de diferentes estilos artísticos, entre los que se encuentran manuscritos, textiles, miniaturas, cerámicas, pinturas, libros e instrumentos musicales que representan más de 10 siglos de historia de la humanidad.
El monumental edificio color blanco sobre un área de 68 mil metros cuadrados, fue diseñado por el arquitecto Fumihiko Maki, a quien el propio Aga Khan le encomendó que fuera una construcción iluminada, por lo que en su interior cuenta con domos que permiten llenarlo de luz natural.
“Una de las grandes lecciones que hemos aprendido en los años recientes es que el mundo del Islam y el mundo Occidental necesitan trabajar juntos más efectivamente construyendo un entendimiento común especialmente cuando estas culturas interactúan y se entremezclan más activamente”, se indica en los documentos de la creación de este museo.
Las civilizaciones musulmanas se han caracterizado por una marcada diversidad de geografías, lenguajes y culturas.
Canadá es reconocido internacionalmente por albergar esta diversidad, por lo que Toronto es el lugar ideal para una institución que se esfuerza por promover el entendimiento mutuo, el respeto y la tolerancia entre las culturas del mundo.
“Con las diferentes exposiciones del museo los visitantes podrán constatar cómo el arte de las civilizaciones musulmanas son parte de nuestra herencia cultural global compartida”, dijo el director del museo, Henry Kim.
En su primer año de gestión, el gobierno del liberal primer ministro, Justin Trudeau, le ha abierto las puertas a más de 30 mil refugiados sirios para atender a la crisis de asilo en la región.
El Museo Aga Khan está exhibiendo desde el 15 de octubre al 26 de febrero próximo la muestra “Siria: una historia viviente”, donde se pueden apreciar pinturas, esculturas, textiles y vasijas de diferentes épocas.
Esta muestra interactiva permite que los visitantes no sólo conozcan los restos de un mural en una fachada de Siria destruida por las El Corán y las bombas, sino que pueden agregar sus El Corán o testimonios.
En ellos se lee en inglés y árabe “Orando por un día sin guerras”, “Fortaleza para quienes la necesitan. Podrá Siria levantarse de nuevo”, “Deja que el deseo y la lucha sean tu fortaleza”.
A la entrada de esta exposición se muestra una gran pintura titulada “El diluvio”, de Elías Zayatt (2011) donde representa cómo “los Dioses han abandonado Palmira”. El cuadro incluye elementos como signos de resistencia al diluvio, que son ramas de árboles, papalotes y alas.
Figuras humanas de miniatura en bronce con aretes de oro del siglo XIII hasta una gran cabeza tallada en madera de 2006, además de réplicas de las lujosas paredes de algunas casas del siglo XVII en ciudades como Damasco, Alepo, Hama y Sidon, componen esta amplia muestra musulmana.
La exposición “Siria” incluye un ejemplar de Juz del siglo XIV, una de las 33 partes iguales en que está dividido El Corán, el libro sagrado de los musulmanes. En el mes del Ramadán, los musulmanes leen cada parte en cada día.
El museo brinda un espacio para que el visitante conozca en forma virtual el interior de una habitación en Alepo, a través de una Tablet.
Esta exposición fue motivada por el deseo de un mejor futuro para Siria y su gente, y que su arte y cultura sean valoradas como una luz de humanismo, indican los curadores de esta muestra.
La curadora Filiz Cakir Phillip, dijo a Notimex que el Museo Aha Khan “es el único en Norteamérica dedicado totalmente al arte islámico y por eso la exhibición de Siria busca mostrar la importante contribución cultural de este país al mundo”.
El museo también ofrece conciertos, exposiciones contemporáneas y talleres familiares.
En diciembre pasado el primer ministro Justin Trudeau aceptó la invitación que le hiciera el líder Aga Khan para pasar las vacaciones con su familia en una isla de las Bahamas, para lo cual usó un helicóptero del empresario y filántropo.
El hecho fue duramente cuestionado como un caso de favoritismo político, ya que el gobierno canadiense ha realizado contribuciones a la Fundación Aga Khan por 300 millones de dólares en el último año para impulsar proyectos de desarrollo en Africa y Asia.
Al respecto, Trudeau afirmó que su familia mantiene una buena amistad con los Aga Khan desde que él tenía 13 años, por lo que defendió su derecho a vacacionar con su familia en un destino ofrecido por el líder espiritual Aga Khan.
OR