Luego de aterrizar en el Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston, todo se veía en calma y eran pocos los síntomas que indicaban que ya estábamos en la ciudad sede del Super Bowl LI, pero una vez que pusimos un pie en el George R. Brown Convention Center, las cosas cambiaron de forma radical.
A pesar de que apenas era lunes y faltan varios días para que se lleve a cabo el evento por el que los fanáticos al futbol americano esperamos durante un año entero, la gente ya se hizo presente en el Super Bowl Experience… que como lo dice la palabra, es toda una experiencia que no se puede vivir en un solo día.
Es aquí donde se aplica el término “Circo de tres pistas”, pues no hay lugar para dónde voltear y los aficionados, sin importar el equipo de su preferencia, lo saben y están dispuestos a gastar más de un día para correr las 40 yardas, tomarse fotos con estrellas de la NFL, asistir a conciertos y sumar decenas de selfies a la colección particular.
Un sitio que merece una mención aparte es la NFL Store, un auténtico paraíso para todos aquellos que han sido testigos de un partido de futbol americano. Como las mujeres suelen ser quienes deciden en que se gasta el presupuesto familiar, desde la entrada está la ropa para ellas y no hay manera de hacerle el feo a nada, todo está muy bien confeccionado y con el logo del Super Bowl LI.
Si uno camina unos pasos más, hay gorras, playeras y otros artículos que valen la pena, pero la joya de la corona es un apartado especial con memorabilia de las más grandes estrellas en activo y retiradas de la Liga. Desde un mini casco con la rúbrica de Dak Prescott, hasta el jersey de Brett Favre con el que ganó el Super Bowl XXXI, y que fue, precisamente, a los Patriotas de Nueva Inglaterra.
Cuando uno termina de ver que ni la cartera más suculenta puede satisfacer el apetito de mercancía de colección, hay que recorrer toda una avenida para darse cuenta que la NFL no dejó un cabo suelto y hay para todos los gustos, desde los más pequeñitos, hasta aquellos que ya vieron pasar sus tiempos sobre los emparrillados.
Y por si fuera poco, por la noche se llevó a cabo el Opening Night, que antes era conocido como el Media Day, pero ahora cambió su nombre porque se vendieron entradas a 10 dólares para que todos aquellos que no tienen acceso al NRG Stadium, pudieran ver de cerca a sus estrellas consentidas.
El resultado: un éxito abrumador y por el que la NFL demuestra por qué sigue siendo la mejor liga del mundo en cuanto organización y mercadotecnia.