La pelea por el descenso acaparó también la puja por la permanencia, de la que salió beneficiado el Crystal Palace y el West Ham

LONDRES. El Parlamento británico debatirá el próximo 20 de febrero si debe llevarse a cabo la visita de Estado al Reino Unido del presidente estadounidense, Donald Trump, después de que más de 1.6 millones de personas se hayan opuesto por internet.

 

En esa jornada, los diputados deberán considerar también una petición ciudadana en sentido contrario, que ha recabado las 100.000 firmas preceptivas para que sea estudiada por la Cámara de los Comunes, según informó hoy el Parlamento.

 

La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, invitó a Trump a realizar una visita de Estado al Reino Unido al reunirse ambos en Washington el pasado viernes, una decisión que ha desatado muchas críticas en este país, sobre todo a raíz del veto migratorio aplicado por el líder republicano.

 

En torno a 1.68 millones de personas han firmado una petición que dice que Trump debería poder visitar el Reino Unido “en su calidad de jefe del Gobierno de Estados Unidos”, pero no hacer una visita de Estado, ya que ello “avergonzaría” a la reina Isabel II, que sería su anfitriona.

 

Según el ciudadano que planteó la petición, Graham Guest, “las bien documentadas vulgaridad y misoginia” de Trump “le desacreditan para que sea recibido por su Majestad la Reina o por el príncipe de Gales”.

 

“Por lo tanto, durante su mandato como presidente, Donald Trump no debería ser invitado al Reino Unido para realizar una visita de Estado”, concluye la petición, cuya fecha tope para la recogida de firmas es el 29 de mayo.

 

El 20 de febrero, los diputados británicos debatirán otra petición por internet, que ya tiene más de 120.000 firmas, que defiende que Trump sí debería ser invitado en visita de Estado porque “es el líder de un mundo libre y el Reino Unido es un país que apoya la libertad de expresión y no cree que la gente que opina diferente deba ser amordazada”.

 

La visita de Trump al Reino Unido, en una fecha aún por concretar, ha suscitado una tormenta política en este país, donde la oposición ha pedido que se cancele tras el veto migratorio impuesto en EU a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y también por los comentarios del presidente norteamericano sobre la tortura y las mujeres.

 

Diputados de todos los partidos han pedido además a los líderes de las dos cámaras parlamentarias, Comunes y Lores, que impidan que Trump se dirija al Parlamento en su conjunto desde el histórico Westminster Hall durante una eventual visita al país.

 

Los diputados consideran que no sería apropiado que el líder estadounidense se dirigiera a las dos cámaras parlamentarias desde el lugar en que lo hizo en 1996 el entonces presidente de Suráfrica, Nelson Mandela, o donde yació en su féretro de muerte el ex primer ministro conservador Winston Churchill o miembros de la familia real.

 

Pese a las críticas recibidas por su iniciativa, May ha confirmado que la invitación a Trump “se mantiene” y ha asegurado que está “muy contenta” de recibir al presidente estadounidense, con quien confía en estrechar “la relación especial” entre ambos países para, entre otras cosas, conseguir tratados comerciales.