Rusia denunció hoy dos nuevos ataques con mortero contra su embajada en Damasco, registrados el jueves y el viernes, y advirtió de que esta agresión intenta torpedear el alto el fuego que rige en Siria y los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra civil.

 

“El complejo de la embajada de Rusia en Siria fue atacado con morteros el 2 y el 3 de febrero. Los disparos se efectuaron desde el barrio de Dzhobar, controlado por los terroristas”, según un comunicado difundido por el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.

 
Una de las minas, precisó la nota, “estalló en territorio de la legación, entre las oficinas y los edificios residenciales, mientras que la otra (lo hizo) a 20 metros de la entrada principal a la embajada”.

 
Aunque no hay heridos, “sí se han causado daños materiales”, denunció Moscú.

 
“Condenamos los enésimos ataques terroristas contra la legación rusa en Damasco. Destacamos que los cobardes tiroteos contra nuestra embajada se producen en medio de la tregua, con el objetivo de frustrar el cese de las hostilidades y echar por tierra los esfuerzos para poner en marcha un proceso político” en Siria, subrayó.

 
El complejo diplomático ruso en Damasco ha sido objetivo de repetidos ataques por parte de la oposición armada siria, sobre todo después de que el Kremlin decidiera respaldar con su aviación a las tropas del régimen de Bachar al Asad.

 
El anterior ataque, también con morteros, tuvo lugar el pasado 29 de diciembre, el mismo día en que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que Gobierno y oposición sirios habían llegado a un acuerdo para el alto el fuego, que entró en vigor al día siguiente.

 

 

dca