HOUSTON. Mucho se habló durante la semana del potencial de Matt Ryan o de la experiencia de Tom Brady, pero en realidad si los Falcons quieren arruinarle la noche a los Patriots, los hombres con la mayor responsabilidad son Vic Beasley, Deion Jones y De’Vondre Campbell, linebackers de Atlanta.
Ya en el juego divisional pusieron el ejemplo los Texans, quienes presionaron todo el partido a Brady e incluso consiguieron un par de intercepciones, por lo que los de Georgia deben hacer lo mismo para provocar los errores de quien podría convertirse en el quarterback con más victorias en el Super Bowl.
No se puede dejar de lado que en Atlanta son muy pocos los jugadores con experiencia en partidos por el campeonato, mientras que entre sus rivales son más de 15 integrantes los que saben jugar un duelo de esta importancia.
Otro que debe tener la mente muy clara si es que quiere ganar el encuentro este domingo próximo es el coach de Atlanta, Dan Quinn, quien se presenta a su cuarto Super Bowl, pero apenas el primero como responsable de una franquicia. Ya demostró su genio a la defensiva con Seattle, y ahora es momento de sacar el mayor provecho a unos jugadores que fueron de las peores defensivas contra el pase.
Es precisamente esa área en donde deben evitar que les hagan daño, así que la presión contra Brady tiene que ser primordial, pero sin mandar cargas de los profundos, por lo que los linebackers y los linieros deben incomodar a quien llega a su séptimo duelo por el Vince Lombardi.
Del lado de Patriots no hay mucho que decir, pues siempre tienen la respuesta a cada reto impuesto por sus rivales; ya se lo hicieron ver a Pittsburgh en el campeonato de la AFC. Bell, Brown y Roethlisberger simplemente no pudieron hacer mucho daño y los hicieron ver mal, por lo que Atlanta podría sufrir lo mismo si no ejecuta su plan de juego a la perfección.
No se puede decir que Pats es amplio favorito, porque el ataque de Atlanta es tremendamente efectivo, tanto que en una sola jugada el binomio Ryan-Jones es capaz de poner seis puntos en el marcador. Faltan dos días para saber las respuestas, pero nadie debe dar por muertos a los representantes de la NFC.