Con esta cinta, Guillermo del Toro obtuvo su primer Globo de Oro

Los diestros españoles Morante de la Puebla y Julián López “El Juli”, así como el aguascalentense Luis David Adame, tuvieron el privilegio de lidiar este domingo, la corrida del 71 aniversario de la Monumental Plaza de Toros México.

 

Para este llamado cartel de “postín”, la empresa del coso de Insurgentes envió un encierro de la ganadería de Teófilo Gómez, el cual fue debidamente aprobado y reseñado por las autoridades correspondientes.

 

De esta forma, el majestuoso escenario taurino de la Colonia Noche Buena, se alistó para celebrar sus 71 largos años de vida, en los que está más que consolidado, como uno de los tantos monumentos históricos que existen en la capital del país.

 

La México se ha mantenido en pie a través de siete décadas, pese a que sectores contrarios a la fiesta brava han querido terminar con su rica historia, al argumentar situaciones poco fundamentadas en la verdad y en el origen de este espectáculo taurino.

 

Considerada ya como monumento histórico y tradicional en esta capital, La México, la más grande y cómoda del mundo, está catalogada como una de las tres o cuatro plazas de toros más importantes a nivel internacional, de ahí el alto prestigio que tiene.

 

En estos 71 años la Plaza México no sólo ha ofrecido al público eventos taurinos, sino también ha brindado otros de diversos tipos, como los artísticos, culturales, religiosos, deportivos y hasta de tipo político.

 

El majestuoso coso fue inaugurado el 5 de febrero de 1946 con un cartel formado por los diestros mexicanos Luis Castro “El Soldado” y Luis Procuna, y por el legendario matador español Manuel Rodríguez “Manolete”, con toros de San Mateo.

 

En aquella primera temporada de 1946, la nueva plaza sólo presentó al público cuatro corridas, en las que “Manolote” fue la parte central, junto al inolvidable “Faraón de Texcoco”, Silverio Pérez, quien se alzó como el primer torero en cortar un rabo.

 

La Plaza se edificó gracias al gran interés que tuvo el empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife, quien visualizó construir una mega Ciudad de los Deportes en la entonces todavía apacible capital mexicana.

 

El proyecto abarcaba la construcción de varios escenarios; una alberca, boliche, canchas de basquetbol y voleibol, un estadio de futbol (el Estadio Azul), y desde luego la plaza de toros, así como un complejo comercial con restaurantes y salas de cine.

 

Sin embargo, problemas financieros evitaron que el proyecto se concluyera con esa magnitud, y sólo se edificó el estadio de futbol y la Monumental Plaza México, colosal y majestuoso escenario que impacta a la vista de todos los que la observan.

 

La construcción de la imponente obra fue dirigida por el ingeniero mexicano Modesto C. Rolland, quien la edificó en unos terrenos que ocupaba una ladrillera en la colonia Nochebuena, en ese entonces ubicada en las orillas de la Ciudad de México.

 

La obra monolítica de hormigón armado, que inició su construcción el 1 de diciembre de 1944, tuvo una característica única en el mundo de la construcción de esa época; el ruedo estaría ubicado a 20 metros por debajo de las calles de la ciudad.

 

El impactante escenario, que tiene un aforo para más de 45 mil personas y que fue construida en un tiempo récord para la época, está adornado en sus fachadas por diferentes esculturas, todas de tipo taurino, obras del maestro valenciano Alfredo Just.

 

Durante estos 71 años de rica historia no sólo taurina del coso de Insurgentes, han desfilado por su impactante ruedo las máximas figuras del mundo de los toros de todos los tiempos, tanto nacionales como internacionales.

 

Por ello, la Monumental México sigue vigente y más viva que nunca, considerada entre los tres cosos más reconocidos a nivel mundial, junto a la Plaza de Las Ventas en Madrid y la Plaza de la Real Maestranza de Caballería en Sevilla, ambas en España.

 

jram